| La clausura del 27 de octubre de 2023. Más de un año clausurados |
De competir con hospitales como
Dalinde, Starmédica y Ángeles Metropolitano en la Colonia Roma, el Sanatorio Trinidad ha caído en el
abandono y el riesgo sanitario. Actualmente carece de medicamentos básicos
como paracetamol, omeprazol y ketorolaco, que deben ser adquiridos en
farmacias externas al momento que se necesitan. Sin embargo, lo más alarmante
es que sigue ofreciendo servicios médicos, cirugías y terapia intensiva, a
pesar de que sus quirófanos están clausurados y tiene un sello de suspensión
de «trabajos y servicios» emitido por la Cofepris, lo que representa un grave
peligro para los pacientes.
El 16 de junio de 2023 fueron
suspendidos y el 27 de octubre del mismo año clausurados los cuatro
quirófanos con los que cuenta; volvieron a poner sellos de clausura el 26 de
abril del año pasado luego de una denuncia de los propios trabajadores del
hospital para no involucrarse en el ilícito y tras la revisión, Cofepris
comprobó que los sellos habían sido violentados.
Posteriormente, tras suspender el 17
de septiembre de 2024 las actividades del espacio donde almacenan los
medicamentos controlados —oficina del doctor Julián Guinea Valencia, anterior
director obligado a irse de su puesto por irrespetuosidades a su puesto—, al
día siguiente, mediante el acta 24-CF-09-0337-AS-GS y el expediente
CAS-DERESPSQ 000578 del día 18 de septiembre de 2024, la Comisión Federal
para la Protección contra Riesgos Sanitarios (Cofepris) suspendió los «trabajos
y servicios» del establecimiento conocido como Sanatorio Trinidad «por
violación a las disposiciones sanitarias». | Aviso de clausura total temporal de la unidad quirúrgica del 21 de junio de 2024 |
El 17 de enero, en el Comunicado de
prensa 05/2024, el gobierno de México a través de Cofepris emitió un
comunicado que se titula: «Cofepris detecta nuevas clínicas clandestinas:
todas fueron clausuradas por alto riesgo sanitario» y entre ellas se
encuentra listado el Sanatorio Trinidad, S.A. de C.V. de la Ciudad de México,
con domicilio en Manzanillo, número 94, Colonia Roma Sur, C.P. 06760,
Alcaldía Cuauhtémoc, Ciudad de México con una sanción como «clausura total
temporal de la unidad quirúrgica». Tal suspensión fue ratificada el 21 de
junio de 2024.
A pesar de estas medidas, el
Sanatorio Trinidad se encuentra en gran actividad por la temporada invernal y
sus servicios son ampliamente requeridos; hoy están saturados, con la
complacencia de la Cofepris que mira para otro lado a pesar de la suspensión
de todas las actividades como «trabajos y servicios», como se expone en el
sello con acta 24-CF-09-0337-AS-GS. | Sello de suspensión que impide tener abierto el Sanatorio, tapado por una hoja |
Por otra parte, los empleados del
Sanatorio Trinidad enfrentan condiciones laborales precarias y abusos. El
acoso, maltrato y terror que los actuales directivos y funcionarios han
desatado en contra de los trabajadores, especialmente médicos, enfermeras,
camilleros y personal de intendencia que se manifiesta en contra de realizar
trabajos que pudieran constituir responsabilidades legales, puede provocar
afectaciones para los pacientes que nada saben de la situación administrativa
del hospital, ya que con el fin de que los actuales trabajadores que se
defienden, se vayan sin recibir las prestaciones de ley que merecen si se les
rescinde el contrato de trabajo, los están cansando, para que renuncien.
Afirman los trabajadores que han
hablado con este reportero en el anonimato por temor a las represalias, y
otros ex trabajadores como Beatriz Moreno y Angélica Clairín Pantoja, que las
condiciones generales del hospital cambiaron radicalmente a la muerte de su
fundador, el doctor Arturo Gutiérrez Meneses el 12 de enero de 2019, y hoy
está en declive su calidad, aunque no sus ingresos. | Los sellos rotos |
Al fallecer Gutiérrez Meneses fue que
socios minoritarios del nosocomio como Jesús Torán Sierra, Juan Beltrán
Arriaga, acompañado de su hija, Adriana Beltrán Mallén, Julián Guinea
Valencia, Eduardo Rocha Pérez y Javier Alfonso Ortega Alonso, entre otros, se
apoderaron de la administración para iniciar el declive en la calidad de los
servicios del hospital, que hoy ocurre ya con consecuencias fatales.
Antes del fallecimiento de Gutiérrez
Meneses, su hijo, el director administrativo Alfredo Gutiérrez del Ángel
suspendió los servicios de Rayos X que estaban a cargo de Jesús Torán, porque
este no pagaba el arrendamiento del área. Así que, a la falta del fundador y
con un rencor acumulado, éste inició la revuelta para deponer a Gutiérrez del
Ángel mediante una asamblea fraudulenta en mayo de 2019 en la Inmobiliaria
Trinidad y en marzo de 2023 en el Sanatorio Trinidad, a quien acusaron de
mala administración porque los dividendos para los socios no eran los que
esperaban, pero no les importó que había trabajos de mantenimiento,
acondicionamiento y modernización del hospital.
La revuelta, dicen las personas
entrevistadas, la inició Jesús Torán al, él mismo, promover a través de otras
personas una denuncia en Cofepris por irregularidades en los quirófanos, cuya
auditoría duró más de dos meses. En efecto, incumplían con la estructura
ideal por el hecho de tener una central de equipos afuera y no adentro de las
salas de operación, porque la mitad del área todavía estaba en obra. Esto
provocó la primera suspensión el 16 de junio de 2023.
Por la afluencia de pacientes
siguieron realizando operaciones con los quirófanos suspendidos, mientras
también realizaban trabajos de acondicionamiento para cumplir con Cofepris,
que les clausuró por primera ocasión el 27 de octubre de 2023. Las
irregularidades se presentaron en la Central de equipos y esterilización, en
el área de autoclaves de vapor y de gas (óxido de etileno), un área de alto
riesgo por el calor que se genera y por ahí pasan hoy clandestinamente para
el quirófano. Están mal ubicadas porque conforme a la norma 016 SSA-3 2012,
las centrales deben estar aisladas, cerradas y ventiladas cerca de quirófanos
para abastecer de material estéril. Por protección civil no es área de acceso
de pacientes. | Clausura del quirófano 4 |
Días después, en noviembre, fue
detenido y encarcelado Alfredo Gutiérrez del Ángel por presunta mala
administración y enriquecimiento ilícito y ya, este grupo minoritario de
socios cedió todo el poder de la administración a la actuaria Adriana Beltrán
Mallén, quien sin conocimientos hospitalarios ha llevado las cosas al momento
en que se encuentran, desterrando del Sanatorio y la Inmobiliaria Trinidad a
la socia mayoritaria, Celedonia Rosario del Ángel Campos y sus hijos.
Hoy, a pesar de la alta afluencia de
pacientes en el Sanatorio Trinidad, reportan las personas con las que
platicamos para realizar este reportaje, las enfermeras tienen dos años sin
recibir uniformes ni calzado especial como si lo tenían 2 veces cada año con
la anterior administración, el área de enfermería está saturada por falta de
personal, no hay quien las cubra para que puedan salir a comer, les obligan a
realizar trabajo extra sin pago, carecen de material médico básico como
bombas de infusión o hasta tela adhesiva, tampoco medicamentos elementales;
su jefe el doctor Erick Ramírez Arias no acepta sugerencias ni mucho menos
reclamos y cuando se los hacen, a gritos les dice que se callen y respeten su
jerarquía, es decir, que su palabra es ley aunque esté equivocado y así, en
medio de este ambiente, decae la calidad de atención al paciente. | Área de autoclaves, por donde ahora introducen a los pacientes a quirófanos |
De acuerdo con los testimonios y
comunicaciones personales en poder de Difunet y este reportero, los
medicamentos y materiales los compran al momento en las farmacias del rumbo,
incluso de genéricos, y llegan a tardar hasta 4 horas en entregarlos a
enfermería para poder ser aplicados a los pacientes porque quienes están al
frente del área son personas sin experiencia hospitalaria, como Óscar Daniel
Mendoza, encargado de la farmacia, quien carece de título como Químico
Farmacobiólogo, quien impuso horarios en el protocolo para surtir las medicinas.
De acuerdo con los testimonios,
Laboratorios Pisa recogió cerca de 20 bombas de infusión, que sirven para el
control de líquidos y medicamentos, y otros equipos de anestesia, porque no
les pagan más de millón y medio de pesos; el hospital tiene un adeudo
millonario con este y otros proveedores y apenas cuenta con cuatro bombas de
infusión para todo el servicio, cuando en la administración anterior nada de
esto ocurría. Los retiros de estos equipos provocan un retroceso en los
procesos de medición y obviamente se incumple con normas de medicación.
Contaron los trabajadores que la
situación es tan desesperante por la falta de insumos, que una ocasión un
médico que llevó a su paciente para hacer una cirugía, la suspendió porque en
el momento no había tela adhesiva. Este lunes mientras se realizaba auditoría
en farmacia, las enfermeras estaban desesperadas y sufriendo, porque no hay
más bombas disponibles y con ello, ya no hay una certeza del goteo de las
soluciones y medicamentos.
La farmacia del Sanatorio Trinidad
tampoco puede manejar medicamentos controlados desde el 17 de septiembre de
2024, el cual está sellado, y, si lo hacen, que lo están realizando por las
operaciones que aún hacen, de acuerdo con las fuentes de información
anónimas, están incurriendo en un delito grave, ya que se les pide a los
médicos que los anestesiólogos lo lleven o los compran con recetas sin
control en libros.
Hoy, debido a estas situaciones
administrativas y al despido de los anteriores trabajadores y contratación de
nuevos a modo de los actuales jefes, se han dado casos de pacientes
infectados por la falta de seguimiento a los protocolos de higiene, que son
un grave riesgo para los enfermos e, incluso, para los familiares que los
acompañan.
El Sanatorio Trinidad es un ejemplo
de cómo la negligencia administrativa y la falta de supervisión gubernamental
pueden convertir un hospital que alguna ocasión fue referencia en el área de
traumatología en una trampa mortal. Mientras los pacientes confían en recibir
atención de calidad, el personal médico enfrenta condiciones laborales
inhumanas y los riesgos para la salud pública se multiplican.
¿Hasta cuándo permitirán las
autoridades que este lugar siga operando en estas condiciones? La respuesta
está pendiente, pero cada día que pasa aumenta el peligro para quienes cruzan
sus puertas.a
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