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El presunto delincuente que fue severamente golpeado por los pasajeros
de una unidad de transporte público la noche del martes sobre Avenida
Tláhuac, no pisará la cárcel debido a que quienes participaron en el
linchamiento seguramente se sintieron satisfechos de haberse hecho justicia por
propia mano. Actualmente se restablece de las lesiones sufridas la noche del martes en el Hospital General de Tláhuac.
Como un acto surgido de la ineficacia de las instituciones responsables
de la procuración e impartición de justicia. La justicia por propia mano fue
suficiente para usuarios –y choferes del transporte público que al ver el
linchamiento bajaron de sus unidades para tundir al presunto ladrón– hartos
de que la policía sea incompetente para cumplir con su responsabilidad o, también,
sea connivente con la delincuencia. Pero sobre todo, porque si un usuario hubiese acudido a levantar la
denuncia en una fiscalía cuya percepción en la ciudadanía es la de ser una
institución permeada por la corrupción, además de instancia en la que se
fabrican culpables, podía ser acusado de las lesiones que había sufrido el
delincuente. Una vez que tundieron a golpes al individuo y que cada quien recuperó
sus pertenencias, los usuarios se retiraron a bordo de las unidades cuyos
choferes se habían detenido para bajar y «ayudar» a desahogar el enojo colectivo en contra
de los malandros que asaltan sobre Avenida Tláhuac. La justicia por propia mano –dice la Comisión Nacional de Derechos Humanos
antes de la 4T– supone un abandono de los mecanismos legales diseñados para
garantizar la seguridad jurídica y los derechos fundamentales de la persona. Montaje de un solo día Por lo pronto, trascendió que una vez que el secretario de Seguridad
Ciudadana, Omar García Harfuch, montó el circo, maroma y teatro del operativo
del pasado viernes en Tláhuac, una vez concluido éste los elementos
policíacos que fueron traídos de sectores de otras alcaldías de la Ciudad de
México –incluidos tres vehículos blindados de los llamados «Rinocerontes»– se reintegraron a sus bases. Escondieron de la versión oficial el caso de una señora Tras la balacera que se registró sobre Avenida Tláhuac la noche
del sábado, la SSC tardó 48 horas en dar su versión oficial de
los hechos a los medios de difusión, aunque ocultó que la agresión de los
individuos que portaban un arma larga, fue directa en contra de la patrulla
de la policía en la que los uniformados trasladaban en el asiento trasero a
una señora que había pedido ayuda luego de haber sido víctima de violencia
familiar. Uno de los agresores robó por unos minutos la patrulla También se escondió que uno de los agresores subió a dicha patrulla en
la que pretendió huir, y que fue alcanzado hasta el perímetro de Tezonco, en
Iztapalapa, donde finalmente interceptado y se logró rescatar a la señora que
viajaba en la parte de atrás, quien sufrió una crisis nerviosa y cuya
identidad también ha sido ocultada. ¿Negociarían recursos para una campaña política? Lo que no aclaró la SSC fue qué tanto tenían que negociar elementos de
la corporación con dos presuntos narcomenudistas la noche del martes en la Colonia Selene, tras de interceptarlos alrededor de las 19 horas en la confluencia de
las calles Golfo de los Iris y Montes Carpatos, en un operativo en el que
participaron al menos 12 unidades –algunas de la base Relámpago– y una
treintena de policías. Ascensos y cambios de policías bien portados con mandos Mientras tanto, trascendió que en el sector Mixquic fue promovido un
policía segundo a jefe Omega por haberse prestado a una puesta fabricada, por lo que tras de su ascenso fue cambiado con su nuevo cargo al
sector Zapotitla. Asimismo, quien era escolta del jefe Mixquic, y otro de los
que supuestamente se prestó a la puesta fabricada de «chivos expiatorios» que los demás elementos rechazaron, fue designado nuevo jefe Omega en el
sector Mixquic. Lo anterior confirma que a los policías que se prestan a las puestas a
disposición fabricadas son premiados con cargos como mandos. Por último, trascendió que la remoción de 50 elementos policíacos de
los sectores Mixquic y Zapotitla a otras unidades de protección ciudadanas de
la Ciudad, fue suspendida luego de que aquí dimos a conocer la medida por
haberse negado a avalar la fabricación de culpables de dos personas posterior
a doble ejecución en la Colonia La Habana. A decir de Noticiudadana, la amenaza de remoción quedó en el aire, como una
especie de espada de Democles para cualquier cosa que suceda con dichos
elementos policíacos, a quienes se las van a aplicar si no acatan las
disposiciones de los mandos. |
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