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Mientras la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, se cura en
salud al ordenar acciones de desalojo y derribo de construcciones en suelo de
conservación en Tláhuac, en el ejido de Tlaltenco las invasiones y
despojos a sus legítimos dueños de parcelas continúan llevándose a cabo
impunemente por parte de bandas del crimen organizado con la presunta
protección de elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC). En el polígono 1, ubicado entre la empresa Lear, lo que
para la gente sigue siendo la Cisa, toda la parte trasera del Zorro
Abarrotero y hasta el arco de piedra de Tlaltenco, es una zona plagada de
invasiones e infestada de halcones, de acuerdo con testimonios de ejidatarios
que han sido despojados de sus parcelas. «Tienen tantos
halcones que más bien parecen gallineros», dijo un
ejidatario.
Al lugar, los ejidatarios que han sido despojados de sus parcelas «generalmente
ya no regresan a reclamar lo que es suyo», tras ser intimidados y
amenazados por mozalbetes que realizan rondines las 24 horas del día a bordo
de motonetas, motocicletas y cuatrimotos sin placas, porque al presuntamente
tener la protección de elementos de la SSC pueden entrar y salir del ejido
sin que nadie los moleste. Lectura recomendada: Siguen los despojos de predios en el ejido de Tlaltenco Al tiempo que las invasiones y despojos continúan en el ejido de
Tlaltenco, a quien funge como encargado de los asuntos relacionados con la
comisaria ejidal de Tlaltenco, Juan Manuel Romero Santillán, el
problema simplemente lo ha ignorado porque según testimonios de ejidatarios, «no
se quiere meter en problemas con los malos» y, por consiguiente, no hay
ningún protocolo establecido que pueda ser activado al momento de una
invasión. Lectura recomendada: Solos frente a la delincuencia organizada ejidatarios de
Tlaltenco
Como se informó en su momento, Juan Manuel acompañaba a Hipólito
Flores Pacheco, ex comisario ejidal, el pasado 15 de julio cuando éste fue
baleado en el centro de Tlaltenco, y posteriormente llevado a un hospital
donde por fortuna logró restablecerse de las heridas, pero del asunto ya no
se supo más debido, según trascendió, a que fue en la propia Fiscalía
General de Justicia capitalina donde le recomendaron ya no hablar del
atentado para no contradecir el discurso de la jefa de gobierno por
aquello de que la capital del país es una de las ciudades más seguras del
mundo. Lectura recomendada: Balean a ex comisario ejidal en el centro del pueblo de
Tlaltenco Enésimo despojo en el ejido de Tlaltenco esta semana «Me avisaron que habían metido máquina a mi terreno, fui para allá y
sí, estaba un trascabo trabajando, eran puros chavillos, al de la máquina
le pregunté que por qué se había venido a meter y me dijo que a él lo habían
contratado, fue al único al que le presenté mi documento de propiedad de la
parcela, luego de eso agarró su trascabo, dio la vuelta y se fue». Es el
testimonio de un ejidatario al que llamaremos simplemente como don Pedro que,
como muchos ejidatarios más, han tenido que pasar el trago amargo de
enfrentarse con una de las bandas que por años han operado impunemente en el
ejido para despojar a sus legítimos dueños de las parcelas. Lectura recomendada: Ejidatarios de Tlaltenco recuperan predio, invasores sólo
observan El licenciado Rioja «Cuando el trascabo se fue había unos seis chavos ahí viendo que empezaron
a echar puro despapaye, puras indirectas contra mí, porque como había un hoyo
ahí en el terreno se empezaron a decir, ‘mira ahí cabe uno’, luego otro dijo,
‘qué te crees, caben hasta tres’, fue entonces cuando llegó el licenciado
Rioja, de tacuche y con un folder con papeles y dice, ‘¿qué pasó?’, ‘pues
aquí el señor, sacó la máquina’, le dijo uno de los chavos, ‘¿cómo que sacó
la máquina?’, ‘sí, que porque dice que ese terreno es de él’». «El chavo ese, el licenciado pues, me dice ‘¿qué pasó?’, ¿qué pasó?, le dije, ‘pues cómo que sacaste la máquina’, sí, la saqué porque este terreno es mío y de mi hermano, ahora sí que somos los dueños. ‘No, que te crees, si a mí me vendieron’. ¿Ah, sí? ‘Sí, mira, aquí ya traigo los papeles y todo, el contrato’». Lectura recomendada: Ejidatarios de Tlaltenco juzgan a SSC y FGJ de
omisas y negligentes «Pues que te crees que mi hermano y yo no hemos vendido nada, así que
dile a la persona que te vendió que venga y aquí lo arreglamos. Entonces se
empezó a poner medio pesadito, y los chavos aquellos riendo, y sí, me di
cuenta que uno de ellos traía pistola, por eso también me calmé y ya no le dije
nada. Ya sólo dije que espero a la persona que te vendió y aquí lo arreglamos». «Vi que comenzaron a llegar más chavos (de entre 16 y 19 años), y a la orilla de este lado está
de vecino un primo, él y otro amigo mío y se acercaron, y platicaron con el
licenciado Rioja». Tanta lacra «Oye, pero ¿para que traes tanta lacra?, le dijo mi primo al
licenciado. Ahora ya eran como unos siete u ocho los chavos que había en el
lugar». «Siguió la discusión, luego llegó un moreno gordito con una muchacha,
el licenciado le dio los papeles al cuate ese, luego ya me dice éste, ‘¿qué
pasó?, ¿cómo que sacaste la máquina?’, sí le digo, porque este terreno es de mi
hermano y mío, así que ¿quién te autorizó a que metieras la máquina?» «No, ¿qué te pasa?, a mí me vendieron ese terreno». Llámenle a una patrulla El recién llegado volteó con los muchachos que se encontraban ahí y les
pidió que llamaran a una patrulla, «rápido, vamos a Tláhuac y ahí lo vemos»,
comentó. «Pues llámala, pero yo no me voy a subir a una patrulla», les
advirtió don Pedro. Pero el otro, posiblemente con la certeza de que con
policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana se sentiría protegido le respondió: «¡Ah, no!, tenemos que ir». Lectura recomendada: Fiscalía se niega a levantar denuncia por despojo a
ejidatario de Tlaltenco Uno de los muchachos intervino amenazador: «Si no te estamos pidiendo
permiso». Don Pedro comprendió que de seguir ahí su vida corría peligro, por lo
que prefirió retirarse y caminó hacia Avenida Tláhuac, pero fue entonces
cuando lo alcanzaron otros dos jóvenes que acababan de llegar en una
motocicleta. Lectura
recomendada: No hay ningún delincuente detenido por lo sucedido en el
ejido de Tlaltenco Ya la tienes perdida El que iba manejando le dijo: «¿Sabes qué?, ya la tienes perdida, mejor ni le muevas». Le dio su nombre a don Pedro, pero como reconoció el ejidatario, «en
ese momento estaba yo nervioso». Luego el que iba atrás de la moto intervino:
«En buena onda, ya ni le mueva, mejor váyase». Don Pedro respondió resignado
con un «sí, ya me voy». A lo que el malandro respondió: «Sí, pero ya no le
mueva, este terreno ya lo perdió». Lectura recomendada: Nueve horas para que ejidatarios fueran atendidos en MP
de Tláhuac 2 Mientras caminaba para salir del ejido, don Pedro vio cómo llegaban más
mozalbetes al lugar. «Llegaron dos carritos de esos tipos golf llenos de
chavos y en uno venía el que había visto yo que traía la pistola, ese se me
pegó a mí y me dijo, ‘¿qué pasó?, ¿todavía estás acá?’ ¿Por qué?, pregunte
yo. ‘Pues cómo por qué, ya llégale, o que, ¿quieres que me baje o qué?’. Pues
aguanta, le dije ya en Avenida Tláhuac, estoy esperando mi micro, ni modo que
me vaya caminando. ‘Pues de volada’, me apuró». Al final en el lugar había como unos 30 mozalbetes. Una luz de esperanza Don Pedro subió al primer micro que pasó, resignado a perder su
parcela, y se alejó del lugar. Sin embargo, más tarde, cuando ya estaba en su casa rumiando su coraje
y sin decirle nada a su esposa que no dejaba de preguntarle que qué le
sucedía y por qué estaba así de apesadumbrado, un amigo le llamó por teléfono
y le pidió que se regresara a la Avenida, porque lo esperaban los de la Guardia
Nacional. Una luz de
esperanza le regresó el ánimo que ya había perdido.
«Aquí estoy en Calle Ejido, abajo de donde están los condominios, me
dijo, ya cuando llegué estaba una vagoneta, ya fue cuando me atendieron, me
subí y me estuvieron preguntando cómo había estado la situación. Fuimos, pero
no vimos nada, me dijeron, no, es donde están los tráileres hacia atrás, ahí
es donde estuvo el percance, porque mi parcela la tengo hasta allá adentro»,
les explicó. Lectura recomendada: Es la
Guardia Nacional la que actúa contra invasores en el ejido de Tlaltenco Y sí, la única esperanza para los ejidatarios que han sido despojados
de sus parcelas en Tlaltenco parece constituirla la Guardia Nacional. Porque
ni a Claudia Sheinbaum, ni a la alcahueta fiscala, mucho menos a la
dependencia donde quien aspira a una candidatura de Morena en 2024 está más
ocupado en montar operativos mediáticos para posicionarse con la imagen de un
super policía como para percatarse que sus subordinados brindan
protección a los malandros en Tláhuac, les importa un bledo lo que los
ejidatarios de Tlaltenco les suceda. |
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