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Los intentos de gobiernos
federales y locales por acabar con el ejido en el pueblo de San Francisco
Tlaltenco, Alcaldía Tláhuac, para implementar diversos
megaproyectos o para ser concesionados a empresas privadas transnacionales,
es un tema que abordó en redes sociales Alejandra Vargas de la Cruz,
también conocida por el seudónimo de Luz Amaranto. Los siete pueblos de
origen prehispánico –San Francisco Tlaltenco, San Juan Ixtayopan, San Andrés
Mixquic, Santiago Zapotitlán, San Pedro Tláhuac, Santa Catarina Yecahuizotl y
San Nicolás Tetelco– comprendidos por dicha demarcación, dice, todavía
conservan parte de las tierras que les fueron dotadas y ampliadas en forma de
ejidos, y en ellos se han implementado programas gubernamentales como «Procede»
y «Fanar», mediante los cuales «se han ido desincorporando las tierras
ejidales poco a poco y se han realizado ventas disfrazadas de tierras». En su texto denuncia que
en el ejido de Tlaltenco «se ha cometido una serie de actos ilegales por
parte de diversos gobiernos y por los comisariados en turno», como han sido, en
el año 2000, un parcelamiento de tierras ejidales y una asignación de las
mismas a través de una empresa privada, la cual «desapareció en el papel y en
los planos levantados y avalados por el Registro Agrario Nacional», así como el
trazo original de las mismas, aun cuando «todavía hoy existen realmente,
tanto en su trazo original como en su medidas». A decir de Alejandra
Vargas de la Cruz, la empresa «levantó un plano con una orientación
geográfica diferente a la real y cada parcela se asignó a los ejidatarios
(que ya tenían certificados de derechos agrarios) y a los hoy mal llamados
posesionarios, sin respetar los derechos adquiridos de otros ejidatarios y
legítimos poseedores que seguían en posesión de las mismas». Calificó de ilegal el
levantamiento del plano y la reasignación de parcelas debido a que la
posesión original de los ejidatarios sobre sus ancestrales parcelas «no puede
ser tocada por nadie», a menos que se trate de «ilegales expropiaciones o
compraventas ilegales de tierras». Lo anterior ha
ocasionado que ejidatarios hayan «realizado fraude», debido a que han vendido
sus «parcelas de papel», sobre las que «nunca han tenido en posesión», porque
«el verdadero poseedor histórico de ellas» es quien «todavía se encuentra en
posesión de su parcela». Las ilegalidades y los
fraudes que se han realizado en el ejido de Tlaltenco comenzaron desde el año
2000 y continúan «hasta la fecha», apunta Alejandra Vargas, «sobre todo con
las ventas ilegales de tierras al Sistema De Transporte Colectivo para la
construcción de la línea dorada del
Metro y con la ilegal expropiación de tierras ejidales del 10 de diciembre
del año 2010» durante la gestión de Marcelo Ebrard como jefe de gobierno. Invasiones
programadas sistemáticamente al ejido «Ahora –apunta la
abogada–, el Ejido ha tenido diversas invasiones programadas
sistemáticamente, y se han identificado a diversos grupos que se hacen llamar
‘Francisco Villa’ y a integrantes de Antorcha Campesina. Las últimas
invasiones se dieron en uno de los polígonos más afectados desde el ilegal
parcelamiento del 2000», en el polígono del Arco. Asegura que dentro de
dicho polígono «muchos» ejidatarios están aún en posesión de sus parcelas
históricas, heredadas ancestralmente, los cuales «han sido amenazados por los
grupos de invasores y por funcionarios de ‘gobiernos pasados’», refiere,
aunque no precisa qué gobiernos. «Otro de sus polígonos
es conocido públicamente con el nombre de Tecolocuautila, del lado de Xico,
en el que las parcelas fueron asignadas de forma diversa a miembros
originarios de San Francisco Tlaltenco, cuyos descendientes aún conservan la
posesión histórica y tradicional», señala. Aunque aclara que «la forma de
transmisión de la posesión derivada se ha hecho tradicionalmente por usos y
costumbres y mediante diversos convenios o contratos conocidos como títulos
primordiales». En la actualidad, detalla,
dicho paraje «se encuentra asediado continuamente por diversos grupos, los
que llegan en camionetas blancas a recorrerlo». Poseedores
originarios están amparados desde 2020 «Con un grupo de
compañeras y compañeros poseedores y ejidatarios que tienen posesiones
ancestrales en Tecolocuatitla, hemos interpuesto dos amparos desde octubre
del año pasado contra expropiaciones e ilegales desalojos por parte de los
gobiernos federal y local; en uno de los amparos tenemos suspensión de plano
y de oficio desde 2020, por lo que no pueden ser desalojados, por ningún
motivo, los poseedores originarios», dice la abogada. «Existe un tercer
amparo, el que interpuse junto con el ejidatario, hoy ya fallecido, Obdulio
Romero Martínez, contra las ilegales expropiaciones anunciadas por el
gobierno local; este amparo, que tendrá que seguir su familia, tiene suspensión
de plano y de oficio desde el año de 1917, por lo que no puede ser
expropiada ninguna parcela de ningún polígono dentro del Ejido de San
Francisco Tlaltenco», anota. Nueva
amenaza contra posesionarios so pretexto de panteón Alejandra Vargas
advierte acerca de una nueva amenaza sobre la comunidad en sus usos,
tradiciones y costumbres de San Francisco Tlaltenco, «so pretexto de
problemas por el panteón, ya que se rumora que está metido en dichos
problemas un cartel y que amenaza con ir a tomar el Ejido». La abogada pide en su
escrito, «desde Tecolocuatitla en San Francisco Tlaltenco», a compañeras y
compañeros conscientes y en defensa de la vida y de la tierra, que estén
pendientes de lo que pase en este pueblo; al tiempo de que «difundan y
expandan todo lo que está sucediendo y que, de ser posible, se publique en
los medios alternos y libres». Leer también: Tlaltenco no está en venta: Frente de pueblos de Anáhuac vargasalita@yahoo.com.mx |
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