Mercado Sobre Ruedas |
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¿Qué pasó
la noche del martes seis de agosto en el seno de la militancia del Partido
Verde Ecologista en Tláhuac –pero específicamente en el pueblo de San Juan Ixtayopan, de donde son
originarios y tienen su lugar de residencia los protagonistas–, que llevó a la ex candidata a la alcaldía
local, Yessenia García Aguilar, a subir un comunicado en una «historia»
de su perfil personal en la red social de Facebook alrededor de las 21 horas,
para denunciar al dirigente de dicho partido? Comunicado
en el que Yessenia denuncia a su presunto tío, Héctor Jiménez
Garcés, por algo que apenas, a dos meses de la elección, habría
«descubierto». Vaya usted
a saber. Quizá el
motivo del súbito rompimiento haya sido el incumplimiento para saldar cuentas
pendientes por parte del susodicho dirigente local del Verde, para con su
sobrina –como según se supo lo de sus lazos familiares durante la
pasada campaña electoral–, a quien aquel postuló como candidata luego
de pedir a la cúpula del chiquipartido
bisagra que en la Ciudad de México le permitieran no ir en la alianza «Seguiremos Haciendo Historia», a fin de no apoyar
la candidatura de la morenista Berenice Hernández, pero sí las de los
candidatos de la cuarta transformación
al gobierno de la Ciudad y a la Presidencia de la República. El caso es
que doña Yessenia –apenas– descubrió la traición de don Héctor al Verde, por lo
que decidió hacer pública su denuncia, al tiempo de hacerlo responsable
por «aquello» que le llegue a pasar, «a mí o a mi familia». ¿Será que el dirigente del Verde en Tláhuac profirió alguna amenaza a
su sobrina si es que llegaba a evidenciar algo de lo que ésta no se había
dado cuenta? Porque aquí dimos a conocer en más de una ocasión lo de su abierto
apoyo al candidato panista de la coalición opositora, Santiago Taboada,
a la jefatura de gobierno, y sobre todo a la iztapalapense Ana Karen Yáñez,
candidata priista a la alcaldía Tláhuac, además de que lo de su chaqueteo era
harto sabido en todita la demarcación. En fin. Como solía decir el célebre comediante de la televisión mexicana Pompín Iglesias: «¡Qué bonita
familia!» A decir de doña
Yessenia García Aguilar en su comunicado –cuya «historia» en Facebook deberá caducar
a las 21 horas de este miércoles–, hizo pública la «traición» de Héctor
Jiménez al partido Verde tras de que se percató que aquel a quien
realmente apoyó fue «a la candidata del PRIAN», Ana Karen Yáñez. Por lo
anterior, «al momento de compartir esto –sentenció Yessenia– te hago responsable de
cualquier daño que reciba». Es muy
probable que la ex candidata aceptara muy confiada ser la abanderada de los
oportunistas del Verde a la alcaldía Tláhuac, por creerse el cuento de que
tenía amplias posibilidades de ganar por aquello de que la gente «ya no quería saber nada de Morena». Lectura recomendada: Entre el Judas del
Verde en Tlahuac y los fariseos del Sindicato Libertad Sin embargo, la realidad era totalmente distinta. Y es que el
malestar de don Héctor se debía a que sus antiguos aliados de Morena
no le habían abierto espacios en la nómina local desde hacía dos trienios. Pero no era
obligación, sobre todo si su militancia no caía en la órbita morenista. Ahí
está el caso de Gerardo Fernández Noroña, que por más que pidió ser
dirigente de ese partido terminaron por pintarle un violín por ser militante
petista. Ahora que
el oriundo de San Juan Ixtayopan no fue el único que apoyó a la candidata de
la coalición «Va por la Ciudad de México», otro que de igual
forma alentó a su esmirriado capital político a hacer campaña en favor
de la priista Ana Karen fue el ex alcalde Raymundo Martínez Vite,
éste sí de corte morenista. Sólo que al
final de cuentas, ni a Jiménez ni a Vite nada se les dio. El resultado de la elección, ya no sólo
para la alcaldía, sino para los cargos de diputaciones, fue de todas todas adverso y apabullante.
La duda
entonces acerca de cuál fue el motivo que llevó a la ex candidata del Verde a
quemar una vez más a su presunto tío, continuará por un buen tiempo, porque la verdad es que
resulta difícil de creer que doña Yessenia desconociera en lo que don Héctor
la había metido. ¡Cosas veredes que non crederes!, lector, lectora, por aquello de que las
historias de la grilla politiqueril no son precisamente de finales felices del
corte de La Rosa de Guadalupe. ¿O mentimos? |
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