Mercado Sobre Ruedas |
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La que por lo visto ya «botó el arpa» de su
responsabilidad como alcaldesa de Milpa Alta es Judith Vanegas Tapia. Ayer miércoles a la morenista se le vio en
una actividad oficial de su correligionaria y homóloga en Tláhuac Berenice Hernández, en el pueblo de
Zapotitlán de esa demarcación. Será que como a partir del uno de marzo irá en
busca de una curul en el Congreso de la Ciudad de México por el distrito que
comparten esas dos alcaldías, la polémica milpaltense no hizo más que atender
la consigna del que «a quien madruga Dios la ayuda».
Doña
Judith dejó encargado el changarro, y en
horas de oficina, con tal de ir a placearse a Tláhuac, a fin de ganarle
tiempo al tiempo por aquello de que va a necesitar el voto del electorado
tlahuaquense para agenciarse la curul que busca. Sin embargo, al encontrarse
como invitada de honor en la reinauguración del mercado de Zapotitlán, la
protectora del «cártel inmobiliario» que opera en las altas milpas dio mucho
de qué hablar.
Resulta que mientras la alcaldesa de Tláhuac ofrecía su
discurso, la señora Vanegas agarró
el chacoteo con otro de los invitados al acto, Rigoberto Salgado –también candidato morenista a una curul, pero ésta federal–. La mayor
parte del tiempo en que Berenice Hernández ocupó para enviar su
mensaje a la comunidad, lo que el mercado representa y en qué consistieron
las obras que ahí se realizaron, doña Judith y don Rigoberto se la pasaron en
la parloteada, lo cual evidenció su desconsideración para con la autoridad
local representada por doña Berenice.
Que yo soy aquí el que manda y hago lo que se me pegue la gana no fue precisamente el
mejor mensaje que vía lenguaje corporal el señor Salgado envió a la comunidad.
Los morenistas se vieron mal con su desplante irrespetuoso. La forma es fondo, como dijo don Jesús
Reyes Heroles. La danza de los millones
del mercado El caso fue que por fin pudo ser entregado un casi nuevo mercado en forma a la
comunidad de Zapotitlán, luego de la danza de 18 millones (otros datos indican que fueron 20
mdp), recurso que se perdió, extravió, volatizó o desapareció, como se prefiera
llamar, a lo sucedido durante la administración de Raymundo Martínez Vite como alcalde de Tláhuac. Liderazgos de opinión de Zapotitlán, más los del mercado
mismo –integrantes de la mesa directiva– atestiguaron la ceremonia de reinauguración en la que Berenice Hernández sólo se concretó a
recordar que cuando ella asumió el cargo, la situación que encontró en cuanto
a las finanzas de dicho centro comercial –sin que mencionara la desviación de
los 18 o 20 millones de pesos destinados a la obra del nuevo mercado–, le iba
a significar ir a juicio y esperar, con el transcurso de los años, la
resolución de la pachorruda justicia –sabedora incluso de lo alcahueta que
suele ser con sus hijos pródigos la
4T–. Y como el pueblo no podía esperar, dijo la alcaldesa, porque necesitaba de
un mercado digno, ella mejor optó por ir a tocar la puerta de la jefa de
Gobierno, Claudia Sheinbaum, para
que autorizara el recurso. Lo autorizó ipso
facto y ahí están los resultados. La gente le reconoció ayer a Rigoberto Salgado que desde su gestión hubiese dejado todo listo para
la reconstrucción de su mercado en Zapotitlán, tanto el proyecto como el
recurso; pero por los usos y costumbres de la política mexicana, de la cual
la 4T no escapa, en la siguiente administración, la del morenista Martínez Vite, simplemente no pasó nada con el mercado. Excepto,
eso sí, unos resanes más otros cuantos brochazo en paredes, así como
desazolves al drenaje y demás obras nimias, a fin de justificar el gasto de
otros tantos milloncejos. Lectura recomendada: Obra en mercado de Zapotitlán se le hizo engrudo al
alcalde de Tláhuac ¡Cosas
veredes que non crederes!, lector, lectora,
sobre todo en estos tiempos en que más vale pájaro en mano que cientos
volando, por aquello de que Judith Vanegas no soltará prenda hasta que
empiece campaña. |
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