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jueves, 6 de octubre de 2022

Ejército sabe del crimen organizado en la Ciudad de México y no actúa

 

 

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Un informe de la Sedena dado a conocer por los hacktivistas de Guacamaya da cuenta de que no desconocen las actividades del cartel de Tláhuac, el Güero Fresa y el Sindicato Libertad.

 

Fragmento de uno de los documentos filtrado por hackers.
Captura de pantalla LatinUs

Aun cuando las pugnas entre bandas del crimen organizado y el cártel con franquicia del gobierno federal siguen desangrando al país –sobre todo en entidades del Norte–, bandas como el Cártel de Tláhuac, el Güero Fresa, Los Rodolfos y el Sindicato Libertad pueden seguir operando impunemente en la Ciudad de México debido a que al parecer los militares están más ocupados en hacer negocios que en pacificar a la nación.

Un informe catalogado como «secreto» por el área de inteligencia de la Secretaría de la Defensa Nacional, nombrado como «Boletín de Información Iztapalapa», y que forma parte de los correos liberados por los hacktivistas «Guacamaya», indica que los militares tienen conocimiento de las nueve organizaciones criminales que se disputan el «control del área» en la capital del país y «por lo que han incrementado la violencia en los últimos años».

Sin embargo, a más de un año de elaborado el informe (21 de abril de 2021), en la Sedena no hay visos de que se tenga la intención de hacer algo por pacificar ni al país ni a la Ciudad de México.

En dicho documento, la Sedena ubicó en Iztapalapa al Cártel Jalisco Nueva Generación (CJNG), Cártel Tláhuac, Los Rodolfos, Los Tanzanios, El Richis, Los Molina, Güero Fresa, Los Oaxacos y el Sindicato Libertad.

Las principales actividades de estas organizaciones son el robo en diversas modalidades, secuestros, violaciones, extorsiones, así como la distribución y la venta de droga.

Según el documento, por el incremento de homicidios que ha traído la actividad de estas organizaciones criminales, el gobierno federal «dispuso un despliegue de tropas de la Guardia Nacional (GN) para reforzar la seguridad, a fin de generar mejores condiciones de bienestar a la población civil y de las actividades comerciales».

Sólo que la Guardia Nacional se ha limitado a ver de lejos la situación, como ha sucedido en la zona de suelo de conservación en Tláhuac, donde organizaciones criminales despojan a sus dueños de parcelas y predios impunemente.

Situación de las organizaciones criminales

En el informe de la Sedena se determinó que el CJNG hizo una alianza con el grupo Anti Unión «con el propósito de consolidar su operación en las alcaldías Iztapalapa, Gustavo A. Madero y Venustiano Carranza».

Señala que el Cártel de Tláhuac tiene una red de mototaxis que se dedican a la distribución de marihuana y cocaína en esa alcaldía. Se señala como cabecilla a Carlos Mendoza Sandoval, alias el «Cindy», detenido en mayo de 2020.

Mientras que al grupo «Los Rodolfos» lo cataloga como la principal organización generadora de violencia en Iztapalapa porque, además de la venta de droga, se dedica al secuestro. Su líder, Rodolfo Rodríguez Morales, fue acribillado en diciembre de 2021.

«Los Tanzanios» es una organización liderada por Nicolás Enrique, detenido en abril de 2019, que, además de narcomenudeo, secuestro y extorsión, se dedica al robo.

A la banda «Los Richis», de José Antonio Becerril, detenido en octubre de 2019, se le cataloga como de «alta generación de violencia», dedicada al robo y al cobro de derecho de piso en tianguis.

En tanto que el «Sindicato Libertad», se señala en el informe, fue formado por Hugo Bello Valenzo, detenido en 2020, quien dirigía la Confederación Libertad de Trabajadores de México. Se le acusa de implementar medidas represivas contra su competencia en el sector de transporte, construcción y el ramo alimentario.

Detrás de la banda de «Los Molina» está Christopher Rosales Reyes. Realizan extorsiones, venta de droga y homicidios. Se les responsabiliza de un multihomicidio en 2019, tras asesinar a siete personas en Culhuacán.

Por su parte, la banda de «El Güero Fresa» de Pedro Contreras se dedica a extorsionar comerciantes y trabajadores del transporte público, al narcomenudeo y al despojo de inmuebles. Han realizado quemas de camiones y unidades de transporte cuyos dueños se niegan a pagar extorsiones.

La banda de «Los Oaxacos» opera en la Central de Abastos de la Ciudad de México. «Empezaron extorsionando y robando a clientes y locatarios desde 2014», se precisa en el documento. El líder de la banda es Tiburcio Flores y, según la ficha, recluta a habitantes de Nochixtlán, en la sierra de Oaxaca, les da alojamiento, comida y les consigue trabajo como estibadores, franeleros, en el departamento de limpieza e incluso en los locales de la Central de Abasto, a quienes utiliza como informantes.

Para la Sedena, aunque la mayoría de los líderes de estas organizaciones han sido detenidos o asesinados, «no se descarta que las operaciones de los cárteles se mantengan», lo que evidencia que su área de «inteligencia» está desactualizada. A lo más que llegan en el informe es a la sesuda consideración de que «los grupos delictivos mantendrán el control en sus respectivas áreas de influencia lo que pudiera generar un incremento en los diversos delitos».


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