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Sobre Ruedas |
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Nos confirma una
fuente cercana a la dirigencia del PAN en la Ciudad de México que, en efecto,
la resistencia a apoyar la postulación del empresario Alejandro Durán como
candidato a la alcaldía Tláhuac por la coalición electoral Va Por la
Ciudad de México, conformada por el partido blanquiazul, el PRI y el PRD,
se dio justamente en la dirigencia local de ese instituto político. Habría sido de
ahí entonces de donde salió aquel argumento acerca de que la cuestión de género era suficiente justificación para que en el PAN no se apoyara al candidato común, y llegó a tal grado la situación que hasta el PAN llegó a validar el nombre de quien presuntamente iba a ser la
candidata a la Alcaldía Tláhuac, una mujer de nombre Nidia Martínez
Molotla, de quien luego
del efímero paso de su nombre por la interminable lista de suspirantes a un
cargo público, ni siquiera se pudo conseguir una fotografía de la susodicha
para saber cuando menos de quién se trataba y qué trayectoria la avalaba. A decir de nuestra
fuente, tras de haberse emberrinchado el responsable de dirigir los destinos
del blanquiazul en Tláhuac por negarse a otorgar el apoyo a Durán, en la
dirigencia capitalina ya no tuvieron más opción que dar el manotazo sobre el
escritorio como golpe de autoridad para que el presidente tlahuica recobrara la cordura y aceptara y asimilara la instrucción superior, la cual, al menos así entendieron en el PAN, deberá ser de indudable beneficio para la sociedad
tlahuaquense y, ya después, en segundo término, para el propio partido. Porque no
podía ser, nos dijeron, que por los reconcomios de un dirigente local, la
credibilidad de una institución como el PAN fuera cuestionada en una demarcación como Tláhuac. La cuestión ahora
será la de preguntarse si en represalia a la contundente instrucción, el
dirigente del blanquiazul en Tláhuac –por cierto, muy severamente cuestionado
por sus propios correligionarios, los poquísimos que aún le quedan al partido
en Tláhuac–, no entablará su propia alianza con la candidata a la alcaldía
del partido preponderante, con tal de hacerla de malhora con el candidato de Va
por la Ciudad de México (o CDMX como la escriben quienes sufren de
pereza mental) y tratar de restarle algunos votos el seis de junio. Habrá que ver. Por
lo pronto, pareciera que a Tláhuac en el PAN capitalino están dejando de verla
como una demarcación lejana y ajena y, por consiguiente, ya va siendo tiempo de que por parte del comité directivo capitalino comiencen a acercarse a ver el despiporre que ahí se
traen quienes se turnan la dirigencia, lo que ha molestado y mucho a los poquísimos panistas de hueso colorado que aún le quedan
al partido. Y es que al blanquiazul mucho daño le han hecho aquellos que han adaptado a la política los lineamientos tipo escuela del «Perro» Bermúdez en sus narraciones futbolísticas de Televisa, para definir a quien rija los destinos
del partido en indeterminado período, por aquello del «tuya, mía, te la
presto, acaríciala papá», de lo que son devotos partidarios los hermanos Ramírez que
se han venido alternado la presidencia del blanquiazul en Tláhuac desde hace varios años. Igualito que en el PRI de Tláhuac, pues, con las huestes tlahuicas de Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, a quien por lo visto eso de la orden de aprehensión sólo fue un ardid publicitario previo a la jornada electoral. Nombres,
hechos actitudes Y ya que nos refertimos al priismo, nos aseguran que
otro que ya está amarrado con la candidatura de la coalición Va por la Ciudad
de México para una curul por el distrito ocho de Tláhuac, es nada menos que
el priista Emiliano Aguilar, sí, el mismo que hace dos años fue el candidato
por ese partido a la alcaldía, y quien tras de que dieron inicio las campañas
políticas, se apareció en uno o dos actos y luego desapareció de la
contienda. Ni sus más allegados volvieron a saber más de él. Fue un caso único
porque, al menos aquí, en NosotrosMSR,
desconocemos si es que ha habido ya no sólo en Tláhuac, sino en el país
entero, algún otro parecido. De no haberlo, habría entonces que
gestionarle a don Emiliano su incursión al libro Guinness de los
récords como el candidato de un partido político que durante el período de
campaña se la pasó dos meses en sepa la bola dónde. Nos aseguran que dicho
priista es de los que como candidato acostumbra mandar imprimir un
periodiquito en el que se presenta como quien arrasa en las preferencias
electorales, lo manda distribuir y, ya después, se avienta a la hamaca a
descansar… Repetirá la fórmula. Al tiempo. |
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