Mercado Sobre Ruedas
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El fallecimiento del
profesor Álvaro Garcés Rojas, acaecido el pasado 29 de diciembre, se debió a la
fuerte impresión que le causó una llamada telefónica que le hicieron
extorsionadores, aseguró su amigo Esteban Chavarría esta mañana durante la
reunión sabatina del Grupo Social Tláhuac, celebrada en la sede de dicha agrupación
de San Francisco Tlaltenco.
VIDEO de la intervención de Esteban Chavarría
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Álvaro Garcés hoy en su domicilio de Ixtayopan
«Se fue absurdamente –dijo–,
porque aun cuando ya estaba un poco deteriorado de salud, un día antes
de su muerte recibió una llamada de extorsión, le dijeron que tenían a una hija suya secuestrada y que le pedían un millón de pesos (por liberarla), se desesperó y, desgraciadamente, estas cosas son parte de lo que nosotros debemos evitar
y conocer cuál debe ser la respuesta ante situaciones de este tipo», comento. Lo cierto es que la noticia terminó por afectar al profesor Garcés.
Durante su intervención, Chavarría Salas, ex presidente de la H. Junta de Vecinos de Tláhuac en la década de los 90 del siglo pasado, lamentó las condiciones que han vivido los habitantes de Tláhuac porque se trata de una demarcación que «crece como un cáncer», y recordó las épocas cuando los
delegados no querían que los nativos se unieran, «querían que estuviéramos
dispersos», dijo, pero por fortuna «algún día tumbamos las fronteras imaginarias»
para luchar desde Mixquic hasta Santa Catarina, pasando por Tetelco, Tlaltenco
y Zapotitlán por sus ideales.
El profesor Álvaro Garcés durante el programa Entre Nosotros grabado en
San Juan Ixtayopan, con Sergio Rojas, director de NosotrosMSR digital
Según comentó, posteriormente a la llamada telefónica que el profesor normalista recibió y en la que
una voz de una mujer que simuló ser la de su hija le pidió con gritos: «¡Papá, me tienen secuestrada!
¡Ayúdame! ¿Piden un millón de pesos por mi rescate!», el profesor Garcés
salió desesperado a la calle a buscar quién pudiera ayudarlo para reunir el
monto exigido por los extorsionadores, por lo que ya no pudo ser localizado
por su esposa tras de que ella había descubierto que todo se trataba de una estafa
debido a que su hija se encontraba sana y salva en casa.
Ya de madrugada, el
profesor sufrió un desmayo, lo que ocasionó que al caer se golpeara la cabeza
contra la banqueta, lo que al final de cuentas agravó su salud y derivó en su
muerte.
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