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jueves, 13 de diciembre de 2018

Concejales de Tláhuac dan su brazo a torcer, se refugian con «Rigoñas»

Mercado Sobre Ruedas

La Columna de Zaratustra
Tras de que el obnubilado alcalde tuvo ínfulas de virrey absolutista y literalmente bateó a los concejales que no le rendían pleitesía, estos con el pretexto de «siempre anteponer el interés particular por el bienestar comunitario» cual sobado discurso de los logreros advenedizos que por tantos años han medrado con cargos públicos en esta y otras demarcaciones, fueron a refugiarse con Rigoberto Salgado, quien no piensa en otra cosa que imponer a su hermano Ricardo en la alcaldía en 2021.

La fotografía que el concejal y aún dirigente del PRD en Tláhuac, Edgar Martínez, subió
a su página de Facebook hoy
Imbuidos seguramente por el espíritu navideño, cinco de los seis concejales que los últimos días habían cuestionado acremente al omiso alcalde de Tláhuac, Raymundo Martínez Vite, por no haberles dado el trato que correspondía a su investidura, acabaron yendo a refugiarse en la madriguera política del ahora flamante diputado local Rigoberto Salgado Vázquez.
Y para que no quedara ninguna duda del mensaje que querían enviarle al alcalde, acabaron por tomarse la foto con el polémico «Rigoñas», quien desde que asumió su nuevo cargo comenzó a maniobrar los correspondientes hilos de lo manipulable que pueda haber en Tláhuac y su partido, el de Morena –pero también los de sus carnales incondicionales del PRD–, para llevar a su hermano Ricardo al puesto de alcalde en el 2021.
Para eso, Rigoberto había conseguido que el adalid de la dizque cuarta transformación designara a su hermano Ricardo como coordinador de programas integrales de desarrollo del gobierno federal en la alcaldía de Tláhuac, y ya con la aquiescencia de los concejales de golpe y porrazo reapareció como el supremo mandamás de la demarcación, gracias a conmovedor mensaje que el concejal Edgar Martínez subió a su página de Facebook.
Si a eso se agrega que debido a la estulticia e incapacidad política –y en todos los ámbitos– del alcalde, quien en lugar de fortalecer su figura con el trabajo transparente y respetuoso, como la ley ordena, con los concejales, el trastrocamiento que sufrió por haberse trepado al tabique de las ínfulas de poder y verse como virrey de comarca, los de la concejalía que andaban de revoltosos acabaron por ir a rendirle pleitesía a quien presuntamente le había abierto las puertas al crimen organizado en Tláhuac.
El mensaje de Edgar Martínez, de quien aquí NosotrosMSR anticipó su brinco del PRD a Morena en estos días –lo que se ve no se pregunta, como dijo el ilustre filósofo de Ciudad Juárez–, justificó el irse a refugiar a los brazos de quien finalmente sí les dio el trato de concejales, de la siguiente manera:
«Quiero agradecer el trato institucional que hemos recibido de diversos representantes populares de nuestra Alcaldía (la Santísima Trinidad figurada en el personajazo de Tlahuita la bella), entre ellos y muy particular al Diputado (así, con mayúscula para que el culto a la personalidad muestre la sumisión largamente contenida) Rigoberto Salgado Vazquez (sin acento, peccata minuta emanado quizá de la conmoción sentida por rendir pleitesía al cuasi prócer como seguramente debe advertirlo el conmovido concejal) quien de manera pronta y atenta a nuestra investidura de Concejales (porque así requerirán estos que de ahora en adelante el vulgo los trate, rapidito y sin chistar, sobre todo cuando reabra sus puertas la Carreta del Pacífico) nos atendió para revisar el tema del Presupuesto de la Alcaldía (y quién mejor entonces para aleccionarlos acerca de cómo gastar el presupuesto que aquel que ya sabe cómo hacerlo), además de diversos temas que aquejan a nuestra comunidad (porque con seguridad también hablaron de la cuestión del crimen organizado), el trabajo en conjunto y sin distinción partidista (principalmente si se trata de morenos y perredistas, hermanos de lucha izquierdosa) debe ser garante en una democracia como la que impera en la ciudad (donde las amenazas de muerte que según este concejal había recibido del «Rigoñas» vía troles en Facebook apenas el año pasado ya quedaron en el olvido y todo por la bendita democracia, para que le quede claro a los insidiosos), siempre antepondremos el interés particular por el bienestar comunitario (¡Viva Tláhuac, ca’ones!, que por la virgencita de Guadalupe hasta parece que este magnánimo concejal habla igualito que Cuauhtémoc Blanco), para devolverle a Tláhuac su esencia tranquila» (y su carácter de agachona, le faltó decir, ante los logreros oportunistas que de ella se han llenado los bolsillos tantos años).
La única concejal que no fue al besamanos con el ínclito diputado fue Abigaíl Cala Camacho, del Partido Verde Ecologista de México (PVEM).
El resto es una historia bastante repetida y conocida en Tláhuac. Después de todo son tan predecibles… ¡Al tiempo!

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