Mercado Sobre Ruedas |
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Aquello de que «no son iguales
porque resultaron más cínicos y desfachatados», se cumple al pie de la letra
en la Alcaldía Milpa Alta, y eso no de ahora, sino desde que en el
escenario de la grilla politiqueril
de por esos rumbos comenzaron a tronar los chicharrones del clan de la
familia Vanegas Tapia. Por cierto, emparentada con quien funge como
titular de la Corena. Titular, doña Columba López,
a su vez muy cercana de doña Claudia Sheinbaum, candidata presidencial
de Morena, quienes literalmente gatearon juntas. Y es que la jugada que hizo la
ahora ex alcaldesa, Judith Vanegas, con eso de dejar a su hermano,
Víctor Manuel, como encargado del despacho, para ir en busca de una curul
en el Congreso capitalino, tiene todos los tintes de vil nepotismo. (vid: «no me vengan con que la ley es
la ley»).
El caso es que ni el huey
tlatoani Hueyitlahuili en la
antigua Malacachtepec Momoxco llegó a tanto, porque hallándose en estado de senectud y como aún no
surgían los partidos políticos para que designaran a su sucesor, aquel que
tomara las riendas de su imperio, convocó a los jefes de la tribu a sus
órdenes para acordar lo conveniente al bienestar futuro de sus subordinados. Pero ahora, los tiempos, acorde con
la opinión del voluble «machuchón» de palacio, ya cambiaron. ¡Ah!, pero si eso de poner a un
hermano como sucesor se hubiese dado en algún clan de la oposición olvídese
usted, en estos momentos ya habría morenistas prendidos del cable en Paseo de
la Reforma vociferando a grito pelón ¡nepotismo!,
¡nepotismo! Pero como en el marco de la
cuarta transformación todo se vale –siempre y cuando se forme parte de ésta–,
hay manga ancha para cubrirse las espaldas. No es la primera vez que la ex
alcaldesa recurre a su hermano para ayudarlo a que figure en sociedad. Tras la fallida incursión de Judith
Vanegas como encargada de los programas sociales federales –en septiembre de 2021–, cargo que debió dejar con
la acusación de exigir a los servidores de la nación bajo su mando una cuota
para «recuperar lo de la campaña», optó por desaparecer del escenario
político un tiempo, mientras su hermano Víctor Manuel fue designado coordinador
regional en la Corena. Lectura
recomendada: La familia Vanegas parece erigirse como dueña absoluta
de Milpa Alta No hay que pasar por alto que a Víctor
Manuel se le ha señalado de tener «amistades peligrosas». Tras del
enfrentamiento a balazos que tuvo lugar en los límites de Tetelco y Tecómitl
el jueves seis de octubre de 2022, fue divulgada una fotografía en redes
sociales en la que aparece precisamente con Griselda (misma que presentamos al principio de nuestra nota), una de las
víctimas del sangriento zafarrancho suscitado, se supone, por la disputa de
la plaza entre dos bandas del crimen organizado. Lectura
recomendada: Ejecución de 3 en Tetelco, una mujer herida, cierran
paso en carretera El caso es que a Judith las
críticas de los milpaltenses y que se tradujeron en ser una de las peor
evaluadas durante su gestión de los 16 alcaldes de la Ciudad de México, con
nulos resultados de acuerdo a las encuestadoras FactoMétrica y Massive Caller,
pero sobre todo a los diversos señalamientos de ciudadanos, le hicieron lo que el viento a Juárez y ahora navega con bandera de candidata morenista, sabedora
de que con el voto del electorado tlahuaquense le bastará para conseguir su
objetivo de llegar al Congreso capitalino. A eso se debe que desde días antes
de que le pasara bártulos y menjurjes a su hermano, la señora ya andaba
balconeándose en actividades públicas de la gobernante en Tláhuac. Lectura
recomendada: En Milpa Alta naufraga el barco de Morena con Judith
Vanegas Tapia Por lo pronto, a Víctor Manuel
Vanegas Tapia los diputados del Congreso capitalino le armaron muy bonito su
tinglado ayer martes para tomarle protesta y declararlo oficialmente alcalde
sustituto de Milpa Alta. La misión, ahora, será exprimir hasta la última gota
al feudo que le fue conferido al clan por la benigna transformación. Tendrá tiempo,
además, de borrar cualquier vestigio que despierte el impertinente sospechosismo –como dijo aquel– de recelosos
conciudadanos. ¡Cosas
veredes que non crederes!, lector, lectora, del
cuento de no somos iguales porque semos
monarquía. ¿O qué no era así? |
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