Mercado Sobre Ruedas |
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No se entiende cómo mientras en el Partido Acción Nacional su
dirigente, Marko Cortés Mendoza, hace pronunciamientos contra la
instauración de dictaduras en México, en Tláhuac se hace de la vista
gorda con la dictadura de la familia Ramírez-Álvarez en la dirigencia
del blanquiazul. Según nos dicen, el domingo pasado Marco Antonio Ramírez, quien
desde 2010 asumió por primera vez la dirigencia del partido en Tláhuac,
anunció a los pocos correligionarios que le quedan al partido en la
demarcación que ya había convocatoria para el proceso de elección del
dirigente que deberá cubrir el período 2022-2025. Sin embargo, refiere la fuente, casi casi les dijo que ni se preocuparan
en buscar prospectos porque él prácticamente ya había llenado la solicitud
para ser el presidente del blanquiazul en el siguiente trienio. Con el método del locutor Perro
Bermúdez del «¡tuya, mía, te la presto, acaríciala!», bajo la batuta de Marco
de PAN –pero a diferencia del nombre del líder nacional, el de éste con C– la dirigencia la han alternado entre
Roberto, su hermano, y la esposa de Marco, Patricia Álvarez Macías en estos 12 años. Justamente Patricia Álvarez ligó un segundo período como
concejala, cargo que originalmente debió ocupar el propio Ramírez Vásquez a partir de octubre de 2021,
pero como en Tláhuac el asunto de los partidos políticos es cosa de
franquicias que las cúpulas acostumbran otorgar a clanes, sean familiares o por compadrazgo, lo que hagan y digan o protesten correligionarios importa un comino a unos y otros, incluidos los usufructuarios de la dirigencia blanquiazul. En resumen, nos dicen, la familia Ramírez-Álvarez va por un trienio más también con la anuencia de Andrés Atayde, dirigente capitalino, pero sobre todo bajo el manto protector del legislador Federico Döring, alguien muy ligado a una figura morenista de Tláhuac. Esto es, que la mira del clan está puesta hasta el 2025, para sumar 16
añitos de bonanza política en Tláhuac a ritmo de Nel blu dipinto di blu. El
surgimiento del clan en el lejano 2010 El cinco de junio de 2010 fue cancelada por la dirigencia
capitalina del blanquiazul la asamblea para decidir a quien ocuparía la
presidencia del partido en Tláhuac, tras de que Elvira Murillo (funcionaria
en administraciones delegacionales y ex diputada local, además de ex militante
del PRI) y su grupo de seguidores, tomaron las urnas a fin de echar abajo la
elección. Reportes de NostrosMSR –la memoria política de la región,
a decir de asiduos lectores– dieron cuenta de lo sucedido ese año, cuando la
ex legisladora Elvira Murillo se puso los guantes para boxear contra panistas
que no apoyaban a su gallo para la dirigencia en Tláhuac. Los contendientes a
la presidencia del PAN fueron los señores Mariano Guerrero (apoyado
por Obdulio Ávila), Gerardo Martínez (apoyado por Mariana
Gómez del Campo, el diputado Mauricio Tabe y la propia Murillo)
y un tal Eduardo Mariaca. En esa columna de 2010 anotamos que el senador Federico Döring, era
quien arropaba a Marco Antonio Ramírez, por lo que éste a su vez quiso
registrar como su candidato a Eduardo Mariaca; sin embargo, el día del registro misteriosamente su prospecto dijo que debía salir con urgencia a Veracruz y jamás se
le volvió a ver en Tláhuac. Para no quedarse fuera de la jugada, Marco Antonio Ramírez propuso a
Ricardo Ortiz Austria, pero antes acordó con Gerardo Martínez y Elvira
Murillo, así como con el grupo de la familia Calzada-Martínez-Guerrero
que quien tuviese menos votos en la primera ronda declinaría en favor del
mejor posicionado. En efecto, así procedieron; sin embargo, ninguno de los candidatos
alcanzó la mayoría absoluta en la primera ronda, por lo que se fueron a una
segunda votación. De los 171 miembros activos registrados y que podían votar, sólo se
acreditaron 151, una vez declarado el quórum en la primera ronda de votación los resultados fueron 68 votos para Gerardo Martínez, 28 votos para Ricardo
Ortiz y 55 votos para Mariano Guerrero. Como ninguno de los tres logró la
mayoría absoluta, automáticamente fue eliminado Ortiz Austria, candidato de
Ramírez. Para la segunda ronda y cuando apenas habían pasado a votar unas 10
personas, el grupo de panistas que apoyaba a Gerardo Martínez boicoteó el
proceso y al grito de que se había violado la orden del día, echó abajo la
elección. La asamblea fue cancelada y poco después Ramírez fue ungido como presidente del PAN en
Tláhuac, cargo que hasta la fecha ha mantenido como propiedad de la familia. Más tarde, en el segundo período de la familia en la dirigencia y con su hermano Roberto como
dirigente local, en 2015 Marco Antonio Ramírez fue candidato a jefe delegacional, pero perdió ante el candidato de Morena, el que menos posibilidades
tenía de ganar según las encuestas de la época. Pero ojos que no ven… Finalmente, en marzo de 2021 y tras de ser anunciado el nombre de quien
sería el candidato de la coalición Va por México, el PAN del clan
Ramírez-Álvarez le asestó una puñalada trapera al candidato Alejandro Durán
y dejaron al PRI y al PRD sin representación del partido, siendo Tláhuac la única demarcación en la Ciudad
de México donde los tres institutos políticos no fueron en alianza, lo que a la postre influyó
para que Morena se mantuviera como partido preponderante en la alcaldía. Se salieron de la coalición, trascendió entonces, porque la familia que lleva los destinos de la dirigencia del blanquiazul quería que la
candidata a la alcaldía fuera Patricia Álvarez, así que al no ser ésta la elegida, a nombre del
PAN Tláhuac determinaron que su presencia no era necesaria en la
coalición, pero en las otras 15 alcaldías sí se mantuvo la
alianza. Como se recuerda, después el blanquiazul designó candidata a
la alcaldía y a unas cuantas horas de la elección de la cúpula panista buscaron enmendar el
error y anunciaron que siempre sí irían en coalición, pero ya era demasiado tarde, el daño estaba hecho y las boletas impresas. Por consiguiente, en este 2022 es claro que en el PAN de la Ciudad de México y en la
dirigencia nacional no existe ningún interés por lo que al partido le suceda en Tláhuac,
y quizá tengan razón; en eso de las simulaciones que tan bien se le da a los
panistas, la demarcación por el número de electores no es determinante para influir
en una elección. Tal vez eso derivará finalmente en que un clan familiar continúe beneficiándose
de arreglos y componendas partidistas, porque está claro que en ellos recaerá la decisión de si irán o no en coalición con priistas y perredistas en 2024. No es difícil preveer que eso dependerá de cuánto habrá de por medio a la hora de las negociaciones, digamos, por ejemplo, la candidatura a
la alcaldía. Cosa de ver a qué arreglos llega Döring allá, con el que dice mover los hilos políticos en Tláhuac y a quien le ha servido como operador. En fin… ¡Más cosas veredes,
lector, lectora, en el desteñido azul, pintarrajeado de azul de Tlahuita la bella! |
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