Según reportero de nota roja fueron detenidos seis agresores de policías

Información | Esta vez, debido al bochorno que les ha de haber significado que unas personas de civil golpearan y desarmaran a policías, la SSC prefirió no emitir ningún boletín oficial.

Entre los seis detenidos hay dos mujeres Sin merecer un boletín de prensa, quizá debido a la vergüenza que significó el hecho de que tres elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) fueron brutalmente agredidos –y uno de ellos hasta desarmado– en calles de la Alcaldía Tláhuac, la dependencia esta vez sólo «filtró» en la cuenta de un reportero de nota roja de Twitter que los agresores fueron detenidos. Uno de los policías fue desarmado cuando era pateado en el suelo y despojado de su arma de cargo que lleva esta mujer  La tarde del pasado viernes en Avenida San Rafael Atlixco, a la altura de Calle Ejido en Tlaltenco, un motociclista quiso rebasar por la derecha a un automóvil particular, pero lo hizo cuando circulaba por un lugar prohibido para que lo hiciera, la ciclovía, por lo que al final derrapó y junto con su compañero ambos cayeron al suelo a fin de evitar daños mayores. El hecho ocasionó que los individuos llamaran a familiares y amigos para, cobardemente, «echarle montón» al conductor del automóvil, quien para eso ya era resguardado por dos elementos de la SSC; por lo que al llegar al lugar, la turba de energúmenos se le fue encima a los uniformados, quienes sólo pudieron tener la ayuda de otros dos compañeros que acudieron a la zona, pero sólo para que finalmente otro de ellos también fuera golpeado. Incluso, un policía fue desarmado cuando era pateado en el suelo, arma que le fue entregada a una mujer del grupo de agresores para que la llevara a esconder a la cajuela de uno de los vehículos en los que habían llegado. La agresión a policías el viernes En plena Avenida San Rafael Atlixco Sin embargo, tras la tranquiza que dieron a los policías, estos no se iban a quedar con la humillación y el golpe y, por lo visto, fueron en busca de los 11 agresores –según se dice en Twitter–, por lo que, al ser del pueblo estos individuos, los uniformados no tuvieron ningún problema para encontrarlos. Los detenidos, según el tuit del reportero de notas policiacas, fueron seis. Uno dijo ser elemento de la Guardia Nacional, por lo que tras de los hechos del viernes, se supone que ya no podrá continuar con su trabajo de defender y proteger los intereses de la ciudadanía. Otro más aseguró estar en la Fiscalía General de Justicia (FGJ) de la Ciudad de México, pero «sólo como pasante de servicio social». En el grupo de detenidos hay dos mujeres que, según la policía, porque no hay nada oficial, participaron en la gresca. Se desconocen más detalles debido a que, como fue anotado, la policía se reservó la difusión del caso debido a la humillación que les significó el que tres elementos de la corporación fueran fuertemente zarandeados y ultrajados, en un día en el que por lo visto los mandos supusieron que iba a estar tranquilo y decidieron descansar y darles el día a sus incondicionales. El pan de todos los días Ese tipo de situaciones son muy común en Tláhuac, principalmente en San Francisco Tlaltenco, un lugar donde pandillas de la delincuencia organizada deambulan libremente bajo el amparo de la protección policíaca. El problema es que esta vez a los policías se les revirtió la situación. Cualquier incidente vial puede desencadenar de forma violenta porque es muy común que alguno de los involucrados, por lo regular en motocicleta, haga ostentación de que porta un arma y baladroneé con ser del cártel de Tláhuac, situación que ha sido pasada por alto en la corporación policíaca. El hecho de que la demarcación se encuentre en la periferia de la Ciudad de México, ha llevado a mandos policíacos a establecer sus propios códigos de conducta para sacar provecho de la situación, como es la imposición de retenes en vías primarias para extorsionar a conductores de unidades automotrices, o también vender protección policíaca a establecimientos comerciales e, incluso, a invasores que despojan a sus legítimos dueños de tierras y predios, mientras los delincuentes motorizados y demás crimen organizado sigue haciendo de las suyas.