Vulgares rateros con uniforme de la SSC imponen retenes en Tláhuac

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Información No se cansan de asaltar a conductores de vehículos en avenidas de Tláhuac elementos de policía y tránsito a quienes incluso les gritan «muertos de hambre». Sheinbaum y García Harfuch ni siquiera voltean a ver la rampante corrupción. ¿Se llevarán algo?

Con tal de que no se les pase un solo conductor sin extorsionar los agentes de la SSC entorpecen el tránsito vehicular en Acueducto Con el mayor descaro y cínica impunidad, elementos de la Secretaría de Seguridad Ciudadana (SSC) continúan con las extorsiones a conductores de vehículos en la Alcaldía Tláhuac sin que la jefa de gobierno, Claudia Sheinbaum, ni el titular de dicha dependencia, Omar García Harfuch, se preocupen por frenar la corrupción en la corporación. Ni el fin de semana los automovilistas pueden circular tranquilos en una demarcación donde el gobierno capitalino ofrece los peores servicios, pero también, desdeña con el envío del personal descalificado y con serias limitaciones para el servicio público, tanto a los sectores de la SSC como en los ministerios públicos de la Fiscalía General de Justicia (FGJ). Por este tipo de acciones la sociedad le perdió el respeto a estos vulgares rateros con uniforme y placa de la SSC Los retenes de García Harfuch y los mandos corruptos como el llamado jefe Thor, responsable de la zona oriente, tienen harta a la población de Tláhuac, porque los elementos de la SSC literalmente se convierten en asaltantes en despoblado al amparo de sus uniformes y con la protección de sus jefes. Tanto sábados como domingos, los atracadores con uniforme y placa imponen sus retenes para detener conductores con el pretexto de revisar la documentación de la unidad, tanto en Avenida Acueducto como en Severino Ceniceros y el Eje 10, a la altura del Cetis 1. Además de mentarles la madre de viva voz y con el cláxon, conductores le gritan a los agentes que están hambreados Automovilistas que circulan por dichos lugares, de plano dedican epítetos a los policías y agentes de tránsito como son los de «rateros» y «muertos de hambre», por lo que estos siguen acentuando en la sociedad desconfianza y rechazo, con la condena unánime a la corrupción imperante en la SSC.