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Una de las más importantes zonas
arqueológicas de la Ciudad de México, la de Cuahilama en la Alcaldía
Xochimilco, ha sido tomada por la mafia de fraccionadores que han comenzado
con la lotificación y construcción de viviendas ante la indefinición legal de
la misma sin que administración del alcalde Juan Carlos Acosta intervenga
para frenar la destrucción de la zona. La llamada de alerta fue hecha por el doctor
en Estudios Arqueológicos, Juan Rafael Zimbrón Romero, colaborador
de la revista Nosotros, a nombre
del Consejo Cultural de Pueblos
Xochimilcas, quien lanzaron la advertencia acerca del grave peligro en
que se encuentra Cuahilama, que abarca tres pueblos de Xochimilco, como son
Santa Cruz Acalpixca, San Gregorio Atlapulco y San Bartolomé Xicomulco. En lo que había sido un sitio arqueológico donde
floreció precisamente la civilización xochimilca, cuya fundación tuvo lugar
alrededor del año 919, al lugar le «aparecieron» varios dueños que basados en
contratos de compra venta reclamaron sus derechos desde la gestión de Uriel González Monzón como jefe delegacional,
en 2007, quien se caracterizó por dar manga ancha a los propietarios de
antros y demás giros negros para la venta de alcohol y drogas. El actual jefe delegacional, Juan Carlos Acosta, ha mostrado nulo
interés en el asunto de la multipropiedad de la zona arqueológica de
Cuahilama, lo que ha sido aprovechado por los fraccionadores para lotificar
el predio y construir vivienda, de acuerdo con reportes de Zimbrón Romero. A decir del doctor en Estudios Arqueológicos,
el sitio de Cuahilama, donde hay petroglifos de origen mexica, está siendo
invadido por oportunistas que están siendo asesorados por antiguos delegados
perredistas. «En el periodo del delegado Uriel Gonzalez
se destinaron varios millones de pesos para regularizar los terrenos del
sitio arqueológico del Cuahilama, pero surgieron oportunistas que reclamaron
ser los dueños del lugar, para lo cual se respaldaron en contratos de compra
venta de los terrenos, y entonces la delegación tomó eso como pretexto para
ya no actuar», señaló. Leer también: Fracasó plan de salvamento arqueológico del Cuahilama «El dinero disponible se dirigió a la restauración
de la iglesia de San Bernardino, pero en el trayecto se perdieron varios
millones. Luego acabó el período de Uriel
González, y ahora con Juan Carlos Acosta se retomó la idea de expropiar
los terrenos, cuyo trámite lleva ya casi tres años, pero sin resultados»,
comentó. «La incertidumbre de los terrenos se filtró
a los invasores profesionales, no sabemos si asesorados por los antiguos
delegados, pero desde hace unos meses pusieron letreros de prohibido el paso,
y comenzaron a llegar carros de material, pero ahora hay casas prefabricadas
y quienes las ocupan se dicen dueños de más de mil metros de superficie»,
precisó. A decir de Zimbrón Romero dichas personas no
han mostrado documentos probatorios de su legítima propiedad, «la alcaldía
los citó para comparecer ante las autoridades, pero al parecer se ampararon,
no tenemos mayor información de cómo va el problema», apuntó. El doctor pertenece al Consejo Cultural de Pueblos
Xochimilcas que son quienes le están dando seguimiento al problema de la
urbanización de las inmediaciones de la zona arqueológica del Cerro de Cuahilama. |
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Y PORQUE EL INAH NO HACE NADA POR RESCATAR ESTA ZONA ARQUEOLOGICA ¡¡¡
ResponderEliminarHabrá que solicitárselo al INAH por escrito, para que quede asentado y si lo sugieren levantar Acta en el MP.
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