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martes, 13 de febrero de 2018

Libro documenta la vida de trabajadores agrícolas en EU

Mercado Sobre Ruedas
Información
A través de 300 imágenes y testimonios cortos del fotorreportero David Bacon, el libro In the fields of the North. En los campos del Norte narra la realidad de los jornaleros agrícolas mexicanos en EU.

Saúl Robles poda la vid para las uvas del vino. Fotografía de David Bacon
Si en los campos sembrados de fresa o cualquier otro cultivo listo para la pisca hubiera una cámara escondida, quizá los ojos ajenos a aquella odisea comprenderían lo que enfrentan tantos migrantes en ese «otro lado» para lograr el sueño americano que no existe. A cambio, una lente incisiva, insistente y solidaria, empuñada por el fotorreportero David Bacon, ha seguido durante 20 años, paso a paso, la vida de quienes lograron cruzar el río Bravo.
David Bacon
El resultado es el libro In the fields of the North. En los campos del Norte, que consta de 300 imágenes acompañadas de pequeños testimonios que devuelven su rostro a quienes cumplen diariamente arduas jornadas de trabajo bajo el sol y bañados de la tierra del campo para hacer posible que en los Estados Unidos, la comida llegue a la mesa.
La obra, coeditada por El Colegio de la Frontera Norte y la Universidad de California (2017), en inglés y español, con excelente calidad de impresión, fue premiada en octubre pasado por el Instituto Nacional de Antropología e Historia (INAH) con el galardón Antonio García Cubas, en la categoría Mejor Libro de Arte.
Tiene detrás 16 años de trabajo que comenzaron cuando Bacon tomó la primera cámara digital, aunque su trayectoria comenzó más de una década antes, documentando movimientos sociales en Estados Unidos.
En esta ocasión, a pesar de tener la oportunidad de mostrar sus imágenes a color, defendió la idea de mantener viva la tradición de los grandes documentalistas que llevaban a cabo ese trabajo en blanco y negro. Por esa razón la obra se aprecia en claroscuros negros, grises y blancos.
A decir de la historiadora Leticia Calderón, especialista en el tema de migrantes, se trata de imágenes de una potencia y vigor impactante, testimonios de vidas lastimadas por la explotación extrema y la pobreza, pero con lugar para la ternura: cuevas, casas móviles, campamentos improvisados debajo de los árboles de una colina, con lonas detenidas con cintas de nylon, que muestran los rincones donde los jornaleros se cambian los zapatos desgastados por huaraches y pasan la tarde-noche, tratando de olvidar un pesado día de trabajo, en el que arrancaron hierba, cortaron lechugas, piscaron moras azules o fresas, en campos del tamaño de dos canchas de futbol, envueltos en montones de ropa que les evita ser quemados por el sol, con un calor de hasta 47 grados y con nariz y boca tapada para evitar respirar la tierra.          
Para David Bacon, el premio otorgado por el INAH da seriedad y validez a la intención de la obra: documentar una realidad social.
«No estoy de acuerdo en que un reportero no pueda participar en los movimientos sociales porque limita su objetividad –dijo–. Pienso que los periodistas vivimos en un mundo y no debemos tener miedo de participar en el mundo. Somos trabajadores como los choferes de camión, aunque nuestro trabajo sea distinto».
Portada del libro
«Si pude entrevistar a los migrantes y dar a conocer sus opiniones, pensamientos y condiciones de vida en este libro, es porque estoy comprometido con ellos», comentó.
Para Alberto del Castillo, historiador de la imagen, quien se ha dedicado analizar la producción de diversos fotorreporteros como Pedro Valtierra y Marco Antonio Cruz, el libro es importante porque el autor, al rescatar el contexto y biografías de los migrantes, sacarlos del anonimato y dar a conocer los hechos de primera mano, encuentra una forma de contrarrestar la oleada de racismo, del cual no está exento México. «Ayuda a visibilizar un problema», precisó.
«David Bacon recupera rostros concretos, situaciones familiares concretas y las engancha, de manera prodigiosa, a lo largo de 300 imágenes y diversos testimonios, logrando una poderosa combinación de la palabra con la imagen», expresó.
«Bacon dice que no sólo debemos preocuparnos por lo que comemos, sino que cada vez que vayamos al supermercado y veamos esas cajitas de plástico transparente con moras azules, frambuesas o fresas que podemos llevarnos a la boca, pensemos en la gente que las cortó y las empacó y en todo lo que les cuesta realizar ese trabajo», concluyó.

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