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miércoles, 15 de mayo de 2024

Resentidos y prendidos de la cuarta transformación en Tláhuac

Mercado Sobre Ruedas                                                                                                                            

 

| Columna de Zaratustra |

·      Fracasaron en desestabilizar al morenismo preponderante

·      Por lo visto, se van a quedar sin espacios nuevamente

·      Fuego amigo y piquete de ojos en el cuadrilátero electoral

Para resentido, Tiberio, un hombre
de doble personalidad

A 18 días de las elecciones para elegir a quienes serán titulares de las alcaldías en la Ciudad de México, en la de Tláhuac el panorama se ve favorable para la candidata de Morena y actual alcaldesa con licencia, Berenice Hernández, quien va en busca de un segundo período en el cargo. Eso, conste, lo dicen las encuestas, no nosotros.

Los intentos de quienes se han significado como opositores al morenismo preponderante, al serles negados espacios en la administración local –sobre todo para sus cercanos colaboradores– desde la gestión de Rigoberto Salgado como jefe delegacional, han fracasado. Por más lucha que han hecho, previo y durante el actual proceso electoral, nada más no han podido desestabilizar al movimiento que aquel lidera en Tláhuac.

Uno de los mayormente resentidos con Salgado es el ixtayopense Héctor Jiménez Garcés, dirigente del PVEM en la demarcación, posición a la que llegó debido a que en dicho partido de los sobrevivientes «bisagra» o «rémora»–, sólo se persigue el interés de sus cabecillas o, para decirlo en la abstrusa jerigonza leguleya, el de «interpósita persona».

De otra forma no se entiende cómo los presuntos aliados de Morena –y que en el resto de las demarcaciones de la capital sí forman parte de la coalición «Juntos Hacemos Historia»–, se hagan de la vista gorda ante el apoyo que el dirigente del Verde local brinda a las candidaturas de la coalición «Va por la Ciudad de México».

Jiménez opera, según testimonios vistos y escuchados en las benditas redes sociales, con su equipo en favor de la coalición opositora, porque el presunto apoyo a la candidata del Verde, Yessenia García Aguilar, a la postre su sobrina –y al igual que su tío, oriunda de San Juan Ixtayopan–, sólo es un distractor debido a que su real objetivo es canalizar su prácticamente nulo capital político en favor de la candidata del PAN-PRI-PRD a la alcaldía Tláhuac, la iztapalapense Karen Yáñez.

Una coalición, por cierto, a la que se negó a apoyar en 2021 porque consideró –según refirió entonces a sus cercanos y amigos– que el candidato (Alejandro Durán) no tenía ninguna posibilidad de triunfo.

En tanto que la otra contendiente por la alcaldía Tláhuac, la abanderada del Partido del Trabajo y actual concejala con licencia, Karina Alcalá Loera, nos dicen, es una propuesta del propio instituto político donde no tiene ninguna relación ni mucho menos injerencia, el ex alcalde Raymundo Martínez Vite, quien en su gestión sólo permaneció dos años en el cargo tras el torpe manejo que hizo con el asunto de la solicitud de licencia para poder contender nuevamente por la alcaldía.

Ante el desolador panorama que el también ex asambleísta debe enfrentar una vez que la candidata presidencial de la coalición «Juntos Hacemos Historia», Claudia Sheinbaun, torció por el morenismo preponderante en Tláhuac, debido a que ese movimiento le garantizaría los votos tanto a ella como a Clara Brugada (Jefatura de Gobierno) y a la propia Berenice Hernández, aquel ha seguido a la sombra del jefe de gobierno, Martí Batres.

Y ni modo, la corazonada no le falló a Sheinbaum, porque los votos del electorado en Tláhuac, de acuerdo con las encuestas, ahí estarán para las candidaturas de Morena el próximo dos de junio.

Así que por lo visto, oído y entendido, Martínez Vite ya no tiene ni voz ni voto en ningún lugar de Tláhuac, sólo es una figura errabunda y dubitativa, la única opción que le quedó es inducir entre los pocos simpatizantes que aún tiene el voto en favor de la iztapalapense Karen Yáñez, en represalia porque en su partido lo dejaron fuera del reparto de candidaturas.

Y todo eso, obviamente, con el aval de su aún jefe Martí Batres.

¿O nos va a salir éste con que desconoce los mejunjes en que anda metido su asesor?

¡Cosas veredes que non crederes!, lector, lectora, en un mundo raro de fuego amigo y piquete de ojos en el cuadrilátero electoral donde no faltan resentidos y prendidos de la cuarta transformación.


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