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martes, 22 de agosto de 2023

Comienzan a moverse en Tláhuac para ser tomados en cuenta en 2024

Mercado Sobre Ruedas                                                                                                                            

 

| Columna de Zaratustra |

§  La concejala Claudia Elena Ramos quiere candidatura

§  Es militante del menoscabado PRI, el de Gutiérrez de la Torre

§  Nidia Martínez, del PAN, aparece como fresca opción

§  El redituable negocio de las concejalías: 80 mil al mes

§  Un concejal que, presuntamente, cobra para «Alito»

«Es Claudia», sí, pero Claudia Ramos,
del PRI. Fotografía Facebook

La efervescencia del «corcholatismo» morenista y del destape de posibles suspirantes a la candidatura de los tres partidos políticos de oposición unidos en la alianza Va por México empieza también a calentar el suelo de Tláhuac, lo que hizo que ya una concejala pegara el primer brinco para levantar la mano y ser tomada en cuenta en el reparto de candidaturas en el 2024.

Sin mayor trascendencia hace unos días la concejala Claudia Elena Ramos, militante del Partido Revolucionario Institucional, dio a conocer en su red social la visita a Tláhuac de su correligionario Adrián Ruvalcaba, alcalde de Cuajimalpa y sempiterno suspirante a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México, así como del dirigente capitalino del menguado partido tricolor, Israel Betanzos, mano derecha desde hace varios años del impresentable Cuauhtémoc Gutiérrez de la Torre, detenido en diciembre de 2021 y actualmente preso en el penal del Altiplano acusado de trata de personas en su modalidad de explotación sexual.

El «rey de la basura» o «pepenas», como también se le conoce, y quien además fungió como operador político de Marcelo Ebrard Casaubón en 2006 cuando éste fue candidato del Partido de la Revolución Democrática, para que llegara a la jefatura de gobierno de la Ciudad de México.

Tal acto de «presentación» como suspirante a una candidatura por la coalición Va por México –y que también sirvió para que Ruvalcaba Suárez regresara a Tláhuac en literalmente «visita de doctor», llamó la atención –nos dicen–, no por lo desangelado que estuvo el evento –con apenas un centenar de militantes de casa–, sino porque no fue invitado Alejandro Durán, el empresario que en las dos más recientes elecciones le proveyó a su partido de los votos suficientes para que otros –y ninguno de los de su grupo político de simpatizantes, que por cierto, nunca se atrevieron a transformar la agrupación en un movimiento de mayor repercusión o, como suelen decir algunos convencidos del dizque cambio, con «altura de miras»– pudiera disfrutar de las bondades que brinda una concejalía y que veremos más adelante.

Según refieren los observadores, Claudia Ramos no invitó al empresario porque ahora quiere ser ella la candidata a la alcaldía Tláhuac –tras dos períodos consecutivos como concejala– y busca que Israel Betanzos se comprometa con su causa y le dé su aprobación.

Lo cierto es que la suspirante priista es muy poco conocida en Tláhuac. Desde que con la venia del susodicho «pepenas» le arrebató la concejalía a Emilio García –a quien por derecho le correspondía– para ocupar un primer período como tal, muy poco se ha preocupado por trascender con su trabajo desde ese órgano colegiado.

Caso contrario no sólo de Alejandro Durán, sino de la joven militante de Acción Nacional, Nidia Martínez Molotla, quienes en reciente encuesta realizada por una empresa llamada «Gobernartemx», acerca de qué figuras de la oposición son mayormente preferidas en Tláhuac rumbo a la alcaldía del Frente Amplio por México, ella va a la cabeza con 21% de las preferencias, seguida del empresario con un punto menos.

Y aunque el tercer lugar de los que incluyó la encuestadora es para quien usufructúa la franquicia del PAN en Tláhuac desde hace varios años, Marco Ramírez, con apenas 12% de las preferencias –y con su esposa Patricia Álvarez que también ya cumple su segundo período como concejala–, es de llamar la atención que quizá esta vez, siempre y cuando no haya «mano negra» como sí la hubo en 2021 por un legislador que opera para el liderazgo del morenismo preponderante en la demarcación, la joven profesionista podría ser la mejor opción de dicho frente opositor.

Máxime cuando según esa misma casa encuestadora dio a conocer que la distancia entre la alianza entre Morena y sus «partidos bisagra» (Verde y PT) y el Frente opositor (PAN, PRI y PRD), para ganar la Ciudad de México en 2024, es de sólo seis puntos.

Porque en lo que corresponde a las preferencias de los potenciales electores de Tláhuac, acerca de a quién le gustaría que fuera la candidata a la alcaldía en 2024 por Morena-PT y Verde, la que ocupa el primer lugar es la actual alcaldesa Berenice Hernández, con 29%, seguida de la diputada federal oriunda de Milpa Alta, Guadalupe Chavira, con 14%.

La encuesta de «Gobernartemx» (la que por cierto en ningún lado deja ver la metodología que emplearon para su levantamiento), presenta un apartado en que la población consultada calificó con 51% de aprobación el trabajo realizado por Berenice Hernández al frente de la alcaldía Tláhuac.

Concejalías, mina de oro

El caso es que las concejalías son lo de hoy. Trascendió que Ricardo Monreal, una de las «corcholatas» morenistas que recientemente visitó Tláhuac, lo que en realidad tiene pactado con el presidente de la dizque transformación no es la candidatura presidencial de Morena en 2024, sino 16 concejalías –una por cada alcaldía de la Ciudad de México–. ¿Para qué quiere las concejalías?, se preguntará usted. Pues para poner incondicionales.

Y es que la suma de lo que podría recolectar es bastante atractiva. Un concejal gana 35 mil pesos mensuales, más 25 mil pesos del asesor «A» (pesos más, pesos menos) y unos 20 del asesor «B», dan como resultado 80 mil del águila. Al año son 960 mil pesos, suma nada despreciable.

Nos dicen que una de las concejalías que con votos Alejandro Durán contribuyó a que el PRI ganara en Tláhuac en 2021, la pidió nada menos que un tal «Alito». ¿Ha escuchado hablar de él? Sí, es otro impresentable de dicho partido. Alejandro Moreno, quien trabaja como dueño del menoscabado partido.

Resulta que una de las dos concejalías que corresponden al tricolor la tiene Claudia Elena Tamos, pero la otra fue ocupada por un tal Richard Ulises Solórzano Jiménez. ¿Lo conoce? ¿Ha escuchado hablar de él? Seguramente no, porque ni siquiera vive en Tláhuac, radica en la Cuauhtémoc, de ahí que sólo visite la concejalía una vez a la semana, y eso un rato, o para levantar el dedo en señal de aprobación o visto bueno de algo que corresponda al oficialismo.

Pues bien, esos 960 mil pesos del águila –según dichos de las malas lenguas– van a parar a los bolsillos de «Alito» –menos la cantidad por la comisión que se le paga al presunto concejal por sus valiosos servicios–, amén de alguna o algunas otras concejalías en vaya usted a saber en qué alcaldías más.

Cuentan que el día en que los concejales rindieron protesta de sus cargos ante Berenice Hernández, el único que no llegó a la cita fue precisamente don Richard, y es que nadie en el PRI capitalino se preocupó en decirle cuánto tiempo tomaba llegar a Tláhuac, sobre todo si elegía la opción por donde el gobierno capitalino lleva más de dos años reparando la Línea 12 del Metro.

Así que ya sabe usted la importancia que tienen las concejalías, no tanto porque quienes se desempeñan como tal deban supervisar y evaluar las acciones de gobierno, tanto en el control del ejercicio del gasto público o con la aprobación del proyecto de presupuesto de egresos correspondiente a la alcaldía, sino por el dinero que significa cada una.

¡Cosas veredes que non crederes!, lector, lectora, en esta mundanidad de avideces y codicia tan exclusivo de la politiquería.


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