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domingo, 3 de marzo de 2019

Amenazas a grupo de WhatsApp en la Quiahuatla por delincuentes

Mercado Sobre Ruedas

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Como su organización para procurarse vigilancia y protección les ha dado resultados a los vecinos de esa colonia de la Alcaldía Tláhuac, los delincuentes han visto mermadas sus ilícitas actividades de atracar en esa zona, por lo que han comenzado a recibir intimidaciones y amenazas.

De acuerdo con integrantes del grupo de WhatsApp de seguridad de la Colonia Quiahuatla en la Alcaldía Tláhuac, los delincuentes tras de ver que la organización de vecinos los han enfrentado con estrategia y determinación, han comenzado a infiltrarse en dicho grupo con el objetivo de intimidarlos y amenazarlos.
Luego de que la madrugada del pasado viernes uno de marzo vecinos de las colonias San Sebastián y Quiahuatla lograron detener a cuatro presuntos delincuentes, mismos que después policías de la Secretaría de Seguridad Ciudadana llegaron al lugar y sin llevarlos al Ministerio Público, en el lugar determinaron que no habían tenido nada que ver con un asalto, las amenazas han comenzado a llegar a los teléfonos de los integrantes del grupo de esa red social que se muestran más participativos.
Y es que desde hace mucho tiempo los delincuentes dejaron aquella regla no escrita de los ladrones de antaño, de trasladarse a un punto distante de donde vivían en la ciudad para desempeñar su oficio de rateros y no ser reconocidos, debido a que ahora son tan cínicos que ya forman parte de la comunidad y, por consiguiente, al estar coludidos con la policía no tienen que andarse escondiendo de nadie. 
«La delincuencia se fortalece cada vez más a través de la intimidación a los grupos de WhatsApp», comentó un vecino este fin de semana, lo que ha sucedido debido al temor de los agregados al grupo que lo ha permitido, anotó.
A decir de dicho vecino, cuando «hace meses un compañero del grupo Seguridad Quiahuatla fue amenazado» a través de una llamada normal a su teléfono, debido a que había reportado la presencia de individuos armados en la Colonia, «nadie dijo nada para apoyarlo», reprochó.
Asimismo, «cuestionó que la policía con sus oficiales y mandos» sean «carentes de valor y de ética profesional o laboral, así como con otros más coludidos con el crimen organizado», debido a que «no desean un enfrentamiento de palabras o disparos (con lo) que acabe mal su turno».
Por ello, aseguró que «los halcones están al por mayor en el grupo», de ahí que dicho vecino pidió a quienes están agregados al grupo Seguridad Quiahuatla que se pregunte lo que hace por su comunidad o simplemente «sólo son observadores a distancia que nada más leen y callan».
La madrugada del pasado viernes, los vecinos, sin embargo, lograron capturar a un delincuente en la misma persecución en la que detuvieron a los otros cuatro y que, según policías del sector Mixquic, resultó ser menor de edad, por lo que trataron de coaccionarlos para que desistieran de su exigencia para que los uniformados lo trasladaran al Ministerio Público de Tláhuac a fin de levantar la denuncia.
Como los vecinos insistieron en levantar la denuncia, los policías les dijeron que entonces debían llevarlo hasta la Fiscalía del Menor «hasta la Colonia Doctores» para ver si se desanimaban, pero como se rindieron, los uniformados no tuvieron más remedio que llevarlo y subir a los vecinos a la parte trasera de la camioneta pick up.
Lo extraño fue que ya entrada la madrugada, sobre el Eje 10, a la altura del poblado de Santa Catarina Yecahuizotl, a los patrulleros los detuvo un tal jefe «Gama» (de quien se dice que presuntamente le cobra entre 200 a 300 pesos a los arrestados para dejarlos ir), a bordo de la unidad MX949M1, discutió con el chofer de la unidad que llevaba al detenido. Según trascendió, también estaba ahí el jefe «Omega».
Habrá que ver la estrategia que adoptan a continuación los vecinos de la Quiahuatla que están agregados a esa red social, debido a que al estar organizados para su vigilancia y seguridad –algo que, definitivamente, la policía capitalina no les puede ofrecer debido a su compromiso con la delincuencia organizada–, los malandros están resintiendo las pérdidas en sus ilícitos negocios.

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