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domingo, 11 de noviembre de 2018

Alcalde milpaltense busca expandir ola naranja en alcaldías vecinas



| La Columna de Zaratustra |
Los de Movimiento Ciudadano por lo visto no están dispuestos a dormirse en sus laureles conformándose con haber conseguido una demarcación en la Ciudad de México durante la pasada elección. Van por más y para ello están formando sus cuadros.

Jesús Olvera, a un lado del alcalde milpaltense Octavio Rivero Villaseñor
Mientras  algunos de los pocos actores de la grilla politiqueril que escogieron a Tláhuac como centro de sus aspiraciones y ambiciones políticas no acaban de recuperarse del contundente trancazo que les significó la victoria de los morenistas el pasado primero de julio, situación que los ha llevado a mantenerse en un forzado enclaustramiento y con bajo perfil, otros a quienes la rueda de la fortuna sonrió parecen multiplicarse a fin de armar desde ya el armatoste correspondiente que les permita combatir con la fuerza de las ideas y los cuestionamientos a los de la dizque honestidad valiente Que para eso tienen algo así como dos años.
Es el caso del alcalde de Milpa Alta, Octavio Rivero Villaseñor, quien como abanderado del partido Movimiento Ciudadano consiguió salir airoso en la pasada elección, aun cuando dicha tierra es pródiga en militantes y simpatizantes del morenismo en boga, está dedicado de lleno en consolidar, primero, a su partido en esa demarcación, pero también a apoyar la futura conformación de un corredor naranja al sur de la Ciudad de México, integrado también por Tláhuac y Xochimilco.
Rivero consolidó su liderazgo en Milpa Alta tras de sumar apoyos de significativa importancia como el de Jorge Alvarado, ex delegado por el Partido Revolucionario Institucional, y quien hizo la tarea que le correspondía para desterrar de una vez por todas de tierras momoxcas a la hija de Rosario Robles, Mariana Moguel, sin importar que fuera su correligionaria y quien había sido impuesta como candidata a la alcaldía para que siguiera sumando cargos y conformara una trayectoria política que le permitiera seguir los pasos de su madre –tan cuestionada por su paso en la Sedesol y la Sedatu, aunque nadie le vaya a hacer nada al término del sexenio gracias a la presunta amnistía pactada por Andrés Manuel López con Enrique  Peña Nieto–.
Ahora el alcalde milpaltense empuja la expansión del área de influencia del partido naranja en Tláhuac, donde estuvo hace unos días con motivo de una actividad relacionada con el Día de Muertos en el pueblo de San Andrés Mixquic, festival que organizó Movimiento Ciudadano en la demarcación, a cuyo frente se encuentra Jesús Olvera, a quien le dio público espaldarazo al estar presente en dicha actividad toda la tarde, tras de notificar su ausencia a la instancia correspondiente en su demarcación, la Contraloría.
Días después, Rivero invitó a Olvera a que lo acompañara en una jornada de trabajo en Milpa Alta, lo que podría entenderse como el proceso de enseñanza y formación de quien encabeza a Movimiento Ciudadano en la demarcación contigua, como parte de la estrategia política de contrarrestar la influencia del actual partido preponderante en la capital del país, para culminar con la instauración de una gestión administrativa naranja en Tláhuac.
Ciertamente esto de la cuarta transformación en cierta forma aún ni empieza, por más que ya sean más los yerros y las controversias por decisiones adoptadas en el feudo morenista, pero los de Movimiento Ciudadano por lo visto no están dispuestos a dormirse en sus laureles conformándose con haber conseguido una demarcación en la pasada elección. Van por más y para ello están formando sus cuadros… Al tiempo.

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