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viernes, 9 de junio de 2017

Investigan canto de grillos mientras la «gryllus» Zavala (PAN) enloquece

Científica mexicana viajó a Cambridge para estudiar a los grillos cuando uno supondría que aquí en México los encontraría a pastos | Pareciera que los síntomas son muy similares a los de Margarita Zavala, quien anda como energúmena porque ya le urge que la designen candidata en su partido | Mientras que las gryllus en su postecdisis disminuye la intensidad de respuesta hacia el sonido del macho, en los homo politicastrus los decibeles de su tonadilla de fraude electoral se incrementa

El trabajo de investigación de la científica mexicana nos permitió hacer un símil con lo
que sucede en la olla de grillos de la clase política mexicana
Edith Sarmiento
La científica mexicana Edith Julieta Sarmiento Ponce investiga en la Universidad de Cambridge, en Reino Unido, el sonido que emiten los grillos para atraer a su pareja. Cuando uno debía suponer que en México tenía miles de casos para estudiar, sobre todo el de Margarita Zavala que anda como energúmena porque ya le urge que la designen candidata en su partido, el de Acción Nacional, para que ella y su marido, Felipe Calderón, puedan conciliar el sueño con unos buenos alipuses, como dicen por ahí que así acostumbran, resulta que la científica mexicana viajó hasta Cambridge pero como parte de los estudios de doctorado que realiza con apoyo de una beca, la cual no le fue concedida por algún partido político, sino por el mismísimo Conacyt… Dicha beca fue no para estudiar a los grillos de lengua y uñas largas además de prolífico prometer –dado que el prometer no empobrece–, sino a los grillos hembra en particular de la especie Gryllus bimaculatus… En efecto, la especialista en comunicación animal –y no porque haya sido jefa de prensa en algún congreso en México– aclaró que los grillos que ella estudia presentan una estrategia de comportamiento llamada fonotaxis, la cual es el proceso por el cual los grillos macho emiten una «canción de llamada» para atraer a las hembras… Como quien dice, igualito a como los grillos de los partidos políticos de aquí sueltan sus choros discursivos consistentes en prometer salarios a las amas de casa exentos de moches para el líder del partido, con la perversa intención de cautivar incautos que el día de la elección vayan puntuales a votar por ellos a las urnas… Este sonido lo realizan –los gryllus bimaculatus por supuesto– lo hacen frotando sus alas simultáneamente, pero no porque se pongan a aplaudir como a rabiar lo hacen estos otros grillos cuando aclaman a su líder supremo, sino que las refriegan para producir la «canción de llamada», como la llama la especialista, la cual puede alcanzar una intensidad de hasta 95 decibeles (dB), comparable con la intensidad del sonido de una podadora de césped… Y comparable también, decimos nosotros, a los decibeles que alcanzan con su verborrea en actos de campaña los grillos de dos patas debido a la cantidad de bocinas que estos contratan suponiendo que de esa forma los va a escuchar todo mundo, sin importarles el daño que ocasionan a los tímpanos de sus acarreados así como a la demás gente que sin deberlas ni temerla vive en los alrededores, que por cierto ya está hasta la coronilla de escucharlos a cada rato en sus spots publicitarios de la radio donde por más que sintonice otra estación se le aparecen como espectro perverso… En fin, que ya una vez que la hembra encuentra al macho –la gryllus bimaculatus aclaramos–, éste comienza a emitir una canción diferente a la anterior –igual a como lo hacen los acomodaticios grillos de hostigosa verborrea para largar sus peroratas–, la cual es de «cortejo» a fin de convencer a la hembra de aparearse… Haga de cuenta, pues, que el grillo le está dice y dice que es incorruptible y que no miente, que va a cambiar todo la grillera del huacal, que ni roba, ni traiciona y demás choros patrañeros, aunque después le cambie el son de la «canción de llamada» por la tonadilla lastimera del fraude electoral y el recuento de voto por voto…
¡Cuánta similitud hay en el campo de los grillos por el comportamiento de las especies!
Durante su investigación, la cual realiza en colaboración con su supervisor Berthold Hedwig, una especie de palero de la investigación científica en Cambridge, Sarmiento Ponce encontró que los grillos hembra tras de convertirse en adultos tardan un periodo de cinco a seis días en ser atraídas al sonido del macho… Lo que en el calendario de los grillos homo politicastrus significaría la oportunidad de brincar de cargo en cargo… Esto implica, dice la científica, que las gryllus bimaculatus tienen que sobrevivir en vida silvestre al menos una semana sin ser depredadas antes de poder reproducirse –lo que no ocurre en nuestro país con la gente decente que no depende de despensas ni dádivas de los partidos políticos, porque hasta en las redes sociales se encuentra a esta especie de depredadores–. La edad óptima para estudiar fonotaxis en grillos hembra G. bimaculatus, dice Edith Julieta, es entre siete a 25 días postecdisis, es decir, una vez que son adultos… Como parte de las investigaciones que realizan de fonotaxis, también encontraron que después de 25 días postecdisis, la intensidad de respuesta hacia el sonido del macho disminuye. Todo lo contrario a lo que sucede con los homo politicastrus, como ya anotamos, cuando incrementan su tonadilla de fraude electoral… Asimismo, encontraron que la superficie donde los grillos caminan es muy importante para obtener las mejores respuestas fonotácticas –obvio, sin un buen templete, estrado o kiosco no hay circo–. Si la superficie es muy lisa, los grillos hembra caminan con dificultad, resbalándose –como en la vida de los humanos de igual forma sucede con las adelitas o juanitas–, lo que provoca que la respuesta sea afectada; mientras que en una superficie áspera los grillos hembra caminan de manera óptima –pero eso en la vide de los homo politicastrus se da mucho después de que uno de estos grillos sale de la cárcel una vez que sus congéneres que lo encerraron lograron despojarlo de todo su botín–… Sarmiento Ponce y Berthold Hedwig acaban de publicar un artículo en Proceedings of the Royal Society B, llamado Song pattern recognition in crickets based on a delay-line and coincidence-detector mechanism, donde explican mediante experimentos de comportamiento fonotáctico cómo el sonido del macho es procesado y reconocido en el cerebro de los grillos hembra… Algo interesante porque de los grillos que hablamos nosotros también son autores de libros, y tienen por títulos los de No decir adiós a la esperanza, 2018 la salida o La gran tentación, en el caso de uno del trópico tabasqueño; o el de Los retos que enfrentamos, del marido de «La calderona»; así como el de El país a debate, de uno al que se le cayó el sistema hace muchos años…
Si antes de ser candidata ya demostró que no controla sus emociones, ¿que se
esperaría si algún día llegara a sentarse en la silla presidencial?
Por eso, aclara Edith Julieta, «comprender cómo se comunican los animales en un sistema relativamente sencillo como lo son los insectos, permite sentar las bases para poder descifrar el funcionamiento del oído y cómo es reconocido este sonido». Lo que en la vida de los humanos es importantísimo, porque aguzar el oído y activar los sentidos al final de cuentas es el mejor remedio para ponerse a salvo de la plaga de grillos homo politicastrus que tan maltrecha y carcomida tiene la economía de la gente de bien… En un futuro, esta investigación básica –la de Edith Julieta por supuesto– podría ayudar a crear aparatos más eficientes de transmisión de sonido para personas con dificultades auditivas. Como decimos, pues, sólo es cuestión de saber distinguir el canto de estos grillos arribistas y nocivos para la salud de la gente decente, como podría ser la gryllus Zavala, para darse cuenta de cómo pueden enloquecer cuando nadie les hace caso… De cualquier forma felicitamos a la joven científica mexicana por su trabajo de investigación, y le agradecemos que el mismo nos haya permitido hacer un símil con la clase política mexicana, por aquello de que se asemeja mucho a una olla de grillos ciertamente… Al tiempo.

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